Son muchas las calles y esquinas de Caracas que guardan un arraigo histórico para sus pobladores, por lo cual se han dispuesto identificadores en la ciudad.
#PorAmorACaracas identificamos todas las calles del casco central de la ciudad con el objetivo de dar a conocer la ubicación e historia de nuestras esquinas, en un formato accesible y agradable para todas y todos.
Trabajamos de la mano de nuestro Presidente @NicolasMaduro pic.twitter.com/cgzpkLIQ9X— Nahum Fernandez (@Nahumpsuv) January 3, 2022
Esquinas en Caracas y sus nombres tan particulares
Caracas y sus esquinas tienen nombres muy particulares. Detrás de estos nombres se encuentran muchas historias y leyendas antiguas, aquí te contamos algunas.
Angelitos: Cuenta la leyenda que cuando el presidente José Antonio Páez, se encontraba con una mujer ajena, mandaba a sus militares a vigilar. A estos guardias los llamaban angelitos.
Padre Sierra: Su nombre viene de la época de la colonia, en honor de Don Joseph de Sierra, capellán de las monjas Concepciones. Este vivió en el lugar en 1766.
Sociedad: A principios del siglo XIX, se encontraba en el lugar una casona que fue sede de la Sociedad Patriótica en 1811.
El Chorro: El nombre viene por Agustín Pérez, quién tenía un negocio donde preparaba la mejor bebida de piña y papelón. Su sistema de despacho único, entregaba el jugo sin necesidad de abrir la puerta, al escuchar el sonido del centavo al caer en una alcancía.
Romualda: Cerca del puente Catuche para el año 1824, existía la pulpería de la Sra. Romualda Rubí, quien todos conocían por Ña Romualda.
Peligro: Para el siglo XIX estas esquinas era un campo abierto con algunas chozas, donde por la noche los delincuentes robaban a los inocentes transeúntes.
Pele el Ojo: Un bodeguero instaló su negocio en el lugar y lo llamó, Pele el ojo al peligro.
Ánimas: Para el siglo XIX, surgió una leyenda, que cuando la oscuridad llegaba al sitio se podía escuchar un coro de voces fúnebres. Unos curiosos salieron a la calle para descubrir quienes eran los cantores y se encontraron con sombras con túnicas blancas. Éstas tenían hachas encendidas y dijeron que eran ánimas del Purgatorio.
Esquina el Muerto: Durante la guerra de los Cinco, en las calles de Caracas, la mayoría de los heridos morían por falta de atención, al terminar las batallas, los camilleros pasaban para recoger los muertos. Una vez recogiendo los cuerpos de repente se levantó uno y les dijo: “no me lleven a la tumba, que todavía estoy vivo”. Después de esto, los vecinos del lugar decían que “esta es la esquina donde se levantó el muerto”.
San Francisco: Toma su nombre gracias a la iglesia de San Francisco, que se edificó en 1593.
Esquina de la Bolsa: En esta esquina tenía su casa la bisnieta de Don Diego de Boiza, que según la leyenda el nombre proviene de la descomposición del apellido Boiza.
El Guanábano: En aquel sitio un árbol de guanábana prestaba su acogedora sombra.
Gradillas: Allí existían unas gradillas o gradas, para bajar a la Plaza de Armas o Plaza Mayor de la Colonia.
San Jacinto: Su nombre viene del Convento de San Jacinto, construido en el siglo XVI.
