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Expediente.News | 11,12 y 13 de abril: Un análisis 20 años después

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Parece mentira que ya hayan pasado 20 años de aquellos sucesos del 11, 12 y 13 de abril de 2002. Sin duda por la importancia geoestratégica de Venezuela, aquella reacción relampagueante del pueblo y de las Fuerzas Armadas venezolanas dejó atónita a la comunidad internacional.

La cúpula norteamericana rápidamente puso a prueba al proceso bolivariano e intentó como quien dice, entre gallos y medianoche, extirpar lo que siempre ha considerado una amenaza inaceptable: es decir un gobierno soberano y autónomo que enaltece los valores de soberanía y autodeterminación.

La administración del entonces presidente de EEUU, George W. Bush, en un enorme error de cálculo, pensó que con el control de las cúpulas mediáticas, eclesiásticas, empresariales y sindicales, el mandado del golpe estaba hecho. Y ciertamente la felonía se consumó, lo que no estaba en el libreto de nadie era que en tan solo 48 horas un pueblo armado de coraje y unas Fuerzas Armadas leales le dieran la vuelta a la tortilla.

Si lo analizamos desde el punto de vista cinematográfico, la reacción cívico-militar fue uno de esos giros inesperados en la trama, que dejan sin palabras al espectador. Sólo que esto no era ficción fueron sucesos que marcarían por siempre la vida socio política de Venezuela. Y de qué manera.

Fin de las traiciones

El restablecimiento del hilo constitucional significó una ruptura con dos siglos de históricas traiciones. La primera de ellas obviamente la sufrió en carne propia el Padre de la Patria, Simón Bolívar. Aún retumban en la memoria colectiva las amargas palabras de su última proclama: “Mis enemigos abusaron de vuestra credulidad y hollaron lo que me es más sagrado, mi reputación y mi amor a la libertad”.

Las oligarquías de Colombia y Venezuela lo intentaron todo, desde el fallido atentado septembrino de 1828, hasta el vil asesinato del Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre. Lo que pasó luego, tras la muerte de Bolívar, arruinado y decepcionado en Santa Marta, es historia conocida.

El proyecto de la Gran Colombia desmembrado y sepultado. Guerras civiles de facciones por décadas, y las oligarquías plegadas por completo al nuevo poder dominante, primero la Gran Bretaña y luego EE.UU.

La otra gran traición inscrita en la memoria venezolana se consumó con el tristemente célebre Tratado de Coche. Suscrito en 1863 por Pedro José Rojas, en representación de José Antonio Páez, y Antonio Guzmán Blanco, en nombre de Juan Crisóstomo Falcón, con ese pacto se terminó de consumarla traición al General de Tierras y Hombres libres, Ezequiel Zamora. De un plumazo las reivindicaciones y del deseo de igualdad, tras la cruenta Guerra Federal, fueron relegados al olvido.

Varias décadas luego una nueva traición al pueblo tendría lugar en el país: El pacto de Punto Fijo del 31 de octubre de 1958. En esta oportunidad fueron los líderes de AD, Copei y URD, quienes sellaron un nuevo acuerdo entre cúpulas que dejaría sin efecto las luchas por una libertad sustantiva.

Gesta heroica

Vista a la luz de semejantes traiciones al pueblo venezolano, la gesta del 11, 12 y 13 de abril de 2002 alcanza grados heroicos. Cuando parecía que estaba todo perdido, el pueblo se lanzó a las calles exigiendo el retorno del Comandante Chávez. Y en el seno de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana aparecieron decenas de soldados leales, que bajo el liderazgo de generales patriotas como Jorge Luís García Carneiro, lograron restablecer el orden constitucional.

Aunque intentaron derrocarla, no pudieron dar al traste con la esperanza de un pueblo que cifró en Chávez todos sus anhelos reivindicativos. Y aunque se pudo recuperar y mantener en el poder el camino ha sido un constante batallar. La primera década de la revolución bolivariana marcó el inicio de un proceso de transformaciones, que concretó logros sociales de largo alcance.

Durante ese primer tramo se abatieron casi todos los indicadores sociales, referidos a la pobreza, la pobreza extrema, la mortalidad infantil, la desnutrición y el analfabetismo. Sin embargo, el papel de los grandes medios de comunicación ha sido siempre tratar de invisibilizar los aciertos.

Así se han mantenido hasta el presente estas plataformas comunicacionales, con la novedad de que ahora han surgido nuevos y más poderosos canales de comunicación. La lección de abril de 2002 debe ser ampliamente debatida y comentada, para que las nuevas generaciones tengan claridad política.

Abundan los materiales escritos y audiovisuales para dar esta discusión. El libro Abril golpe adentro, del periodista y actual ministro de Cultura, Ernesto Villegas, sin duda es uno de ellos. También los documentales Puente LlagunoClaves de una Masacre, del documentalista, Ángel Palacios; y La revolución no será transmitida, dirigida por Wolfgang Schalk.

Conocer y movilizar

Uno de los aspectos más sorprendentes de la gesta heroica de abril de 2002 fue la capacidad del pueblo para movilizarse y comunicarse. Aún sin la existencia de redes sociales y WhatsApp, la ciudadanía se activó y salió en conjunto a la defensa de sus derechos.

Hoy día las redes sociales y la comunicación digital ofrecen posibilidades casi infinitas en términos de instantaneidad y alcance masivo. Sin embargo, también se han potenciado a niveles increíbles la difusión y fabricación de mentiras o fake news.

A 20 años del 11 de abril de 2002, Venezuela comienza a ver la luz al final de un túnel de bloqueo financiero, intentos de invasión militar (operación Gedeón) y guerras híbridas. La economía comienza a responder en un contexto de mayor participación de nuevos emprendimientos y en el horizonte se vislumbra un futuro promisorio.

En 20 años las fuerzas opositoras comandadas a control remoto lo han intentado todo: golpes de Estado, invasiones, bloqueo financiero, atentados presidenciales, apagones masivos, guarimbas e incursión del paramilitarismo colombiano. Todos y cada uno de estos eventos han sido derrotados, primero con el liderazgo del Comandante Chávez y ahora bajo la conducción del presidente constitucional, Nicolás Maduro.

Todo indica que la lección del 11A de 2002 ha sido bien aprendida. Y el fantasma de la traición ha sido definitivamente conjurado.

Venezuela News Radio 104.9 FM

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