Los dolores corporales son cada vez más comunes con el pasar de los años, afectando músculos, huesos y órganos.
Estos dolores pueden ser un síntoma común de muchas afecciones, además pueden estar relacionadas a las emociones.
Las emociones negativas pueden llegar a producir no solo una sensación de malestar, sino también un dolor físico localizado. Incluso están tan relacionados que puede llegar a ser al revés; dolores físicos por lesiones o desgaste pueden producir emociones negativas.
Según la Organización Mundial de la Salud, una de cada cinco personas padece de dolor crónico entre moderado y grave. También señala que una de cada tres no logra mantener un modo de vida independiente debido a las dolencias.
Mente sana en cuerpo sano
La mente y el cuerpo trabajan juntos permanentemente, están conectados y nunca pueden separarse. La gestión de la mente sobre los pensamientos y las actitudes influye en cómo el cuerpo controla el dolor.
El estrés, la depresión y la ira son emociones que comúnmente se traducen en dolores localizados en diferentes partes del cuerpo. Cuando estas emociones no son bien tratadas a tiempo, pueden desencadenar en dolencias crónicas y hasta en enfermedades.
En el caso del estrés, se le relaciona con el aumento de la presión arterial, la frecuencia respiratoria y cardíaca, y la tensión muscular. Además puede provocar fatiga, problemas para dormir y cambios en el apetito.
Por su parte, la depresión puede también afectar el sueño, el apetito, la energía y la concentración, desequilibrando otras emociones.
Los dolores producidos por un accidente que se mantienen por el cuerpo pueden ser resultado de un Trastorno de Estrés Post Traumático. En estos casos, es necesario enfrentar el estrés emocional causado por el accidente o trauma.
¿Cómo tratar las emociones?
Ante esta realidad, la inteligencia emocional de cada persona juega un papel importante en la armonía de la mente y el cuerpo.
Tanto es así que a muchas de las personas con dolor crónico en el cuerpo se les indica realizar una terapia cognitiva conductual. Esta se basa principalmente en cómo manejar los pensamientos negativos para transformarlos en positivos.
Este tipo de tratamiento está también dirigido a reducir el miedo, aceptar y manejar mejor el dolor para desarrollar un sentido de liberación hacia esa dolencia.
Asimismo busca ayudar a fortalecer relaciones importantes para la persona, así como a incentivarla a participar en actividades que disfruta haciendo.
De esta manera se puede mejorar tanto la salud mental como corporal, permitiendo un mejor desempeño en el día a día y la vida en general.
