El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aunció este sábado que Argentina, Brasil, Chile, México y Trinidad y Tobago postularon candidatos para la presidencia del organismo.
El BID, con préstamos por cerca de 14.000 millones de dólares anuales, es la mayor fuente de financiamiento de América Latina y el Caribe.
Tras la polémica destitución del estadounidense Mauricio Claver-Carone, las riendas de la entidad podrían volver a un latinoamericano o pasar a un caribeño. Y si triunfa la candidata argentina, sería la primera mujer que se ponga al frente de la institución en sus 60 años de existencia.
Los cinco aspirantes son la argentina Cecilia Todesca Bocco, el brasileño Ilan Goldfajn, el chileno Nicolás Eyzaguirre, el mexicano Gerardo Esquivel y Gerard Johnson, de Trinidad y Tobago.
Países miembros del BID nominaron 5 candidatos para la presidencia del Banco:
• Cecilia Todesca de #Argentina
• Gerard Johnson de #TrinidadyTobago
• Gerardo Esquivel de #México
• Ilan Goldfajn de #Brasil
• Nicolás Eyzaguirre de #ChileLee más en el comunicado de prensa
— Banco Interamericano de Desarrollo (@el_BID) November 12, 2022
Cada uno, según la normativa, debió presentar su visión del organismo y su propuesta de liderazgo ante los gobernadores del BID en una reunión virtual el domingo.
Retos para el nuevo líder
La votación formal del nuevo presidente tendrá lugar el 20 de noviembre en un encuentro híbrido de la Asamblea de Gobernadores.
El nuevo líder será elegido a menos de dos meses de que los directores ejecutivos del organismo aprobaran la destitución de Claver, un exfuncionario del gobierno del expresidente Donald Trump y el primer estadounidense en la prsidencia del BID desde su creación en 1959.
Claver fue despedido después de que una investigación comprobara que favoreció a una colaboradora de alto rango con la que sostenía una relación amorosa.
Se trata de la hondureña Reina Irene Mejía Chacón, quien se desempeñó como vicepresidenta y asumió la presidencia interina el 26 de septiembre.
El nuevo presidente asumirá el cargo en un momento en el que la región enfrenta perspectivas económicas poco alentadoras. Debido al impacto de la desaceleración mundial por el conflicto en Ucrania y por la pandemia.