El discurso sobre el estado de la Unión del presidente de EEUU, Joe Biden, tuvo este jueves su mirada puesta en las elecciones de noviembre y en su posible rival, Donald Trump. Que sin ser mencionarlo, acaparó críticas y advertencias.
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Biden habló durante poco más de una hora para defender su gestión. Además, criticó el peligro que en su opinión podría suponer su adversario. Esto, ante las dos cámaras del Congreso, con la bancada demócrata respaldándole con aplausos y ovaciones constantes y la conservadora lanzándole reproches y abucheos.
Esta era la tercera vez que se presentaba ante los legisladores para rendir cuentas. También la última antes de que las presidenciales de noviembre decidan si sigue en la Casa Blanca o si le toma el relevo Trump.
Sus promesas para ese eventual mandato evidenciaron el contraste con lo que en su opinión le espera al EEUU si Trump se impone en noviembre.
«Lo que hace que este momento sea raro es que la libertad y la democracia están bajo ataque tanto en casa como en el extranjero al mismo tiempo», apuntó.
Biden pidió por ello a los congresistas que no «entierren la verdad» de lo sucedido el 6 de enero de 2021, día en que seguidores de Trump atacaron el Capitolio mientras se certificaba su victoria electoral, y al mismo tiempo les instó a dar la cara en favor de unas elecciones justas y libres.
Ambos precandidatos salieron reforzados de las primarias del supermartes este pasado 5 de marzo, jornada en la que una quincena de estados celebraron primarias, pero la popularidad del presidente atraviesa un momento complicado. Según la media de sondeos de la web FiveThirtyEight, un 56,3 % de la ciudadanía no aprueba su labor, 26 puntos más que al inicio de su mandato.
Alto al fuego en Gaza
Sobre el actual presidente pesa también el apoyo de Estados Unidos a Israel y su casi nula condena a la ofensiva sobre Gaza.
Partidarios de un alto el fuego, de hecho, bloquearon este jueves la principal vía de acceso al Capitolio con pancartas que rezaban que el legado del mandatario es el «genocidio». Esto retrasó casi 20 minutos su discurso.
Biden aseguró en su discurso que trabaja «sin descanso» por un alto el fuego inmediato y temporal en Gaza. Busca un acuerdo permita la liberación de rehenes de Hamás y la entrada de ayuda humanitaria al enclave.
Tal y como había adelantado la Casa Blanca, ordenó al Ejército estadounidense habilitar un puerto en la Franja que posibilite la entrada de esa asistencia.
Biden necesitaba no sólo mantener a sus seguidores, sino evitar que el voto de castigo le impacte de forma significativa en las urnas, especialmente entre los jóvenes. En el supermartes, en estados como Minnesota las papeletas en blanco rozaron el 20 %.
Por otra parte, desde su red social Truth Social, Trump comentó en directo la intervención de su sucesor con un tono burlesco y ofensivo, que apuntó tanto al presidente como a sus ideas: «Está enfadado y loco», dijo de quien, si no hay sorpresa mayor, se enfrentará de nuevo a él el 5 de noviembre.
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