Es un mito que el insomnio solo se caracteriza por la dificultad de poder conciliar el sueño; algunos especialistas en el tema concluyen que la somnolencia excesiva, despertarse recurrentemente y sentir que no se descansa; también forma parte los padecimientos que se asocian a la falta de sueño.
Un estudio de 2009 del Centro de Investigación Epidemiológica del Sueño de Stanford y otras universidades concluyó que algunas personas pueden experimentar despertares tempranos, sin otros síntomas de insomnio.
Estos síntomas pueden ser “dificultad para iniciar el sueño”, “despertares nocturnos” y “sueño no reparador”, es decir, un sueño que no es sustancial ni siquiera con las horas recomendadas.
En este caso; el constante despertar antes de que suene la alarma se une a una inmensa frustración por no poder volver a dormir. Los especialistas afirman que el estrés se centra en poder iniciar el sueño nuevamente.
¿Qué se recomienda en esta situación?
- No mires el reloj ni el teléfono
Si te despiertas de repente -en lo que parece ser la madrugada- resiste a mirar el reloj. Descubrir que son las 3 de la mañana cuando pusiste la alarma a las 7 puede provocar un aumento del estrés por las horas de sueño que esperabas conseguir.
- Salir de la cama
Paradójicamente, los expertos dicen que hay que salir de la cama. Sí, incluso a las 3 de la mañana. Esto ya que favorece dejar de lado la idea; que es algo forzado volver a dormir.
- Realizar rutinas que favorezcan
Hacer un registro de las técnicas relajantes, los factores ambientales e incluso las rutinas de nutrición y ejercicio que pudieron favorecer el hecho de dormir ese día.
Pese a que las mismas técnicas no funcionan para todo el mundo, lo ideal es poner en práctica de diversas estrategias que puedan influir en el sueño, para elaborar una rutina que se pueda cumplir.
