Tal como los acontecimientos dejaban entrever la semana pasada, el presidente de gobierno en funciones de España, Pedro Sánchez, fue designado por el rey Felipe VI, para revalidar su cargo. De lograrlo, esta sería la tercera investidura de su vida política.
Después de su designación, el líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) habló desde sus oficinas. Expresó que acepta, con “ilusión y responsabilidad”, el encargo del Rey. También señaló que “es la hora de la política y de la generosidad”. Con estas palabras aludió la necesidad de resolver el problema político de Cataluña.
No obstante, no mencionó un tema que plantean los partidos ERC y Junts como condición indispensable para darle su apoyo. Se trata de la aprobación de una ley de amnistía que favorezca a los condenados por el procés y así avanzar en el reconocimiento del derecho de autodeterminación para celebrar un nuevo referéndum.
En este sentido, el presidente de gobierno, Pedro Sánchez, dijo a medios locales que fijará posición sobre este particular después de mantener su primera ronda de contactos con los portavoces de los diferentes grupos parlamentarios.
Desde mañana miércoles, Sánchez comenzará a hablar con los parlamentarios para conseguir el apoyo que necesita. Al respecto, dijo que hablara con todos, menos con “menos con la ultraderecha“, haciendo referencia a Vox.
Para sacar adelante su investidura, Sánchez necesita dar un vuelco al bloque que le dijo ‘no’ al anterior candidato, Alberto Núñez Feijóo. Es decir, necesita el apoyo del bloque formado por PSOE, Sumar, ERC, Junts, EH Bildu, PNV y BNG, que llegaría a una amplia mayoría absoluta de 178 diputados.
