Este jueves, Japón comenzó a verter hacia el Océano Pacífico las aguas residuales de la planta nuclear Fukushima contaminadas con radiación.
La polémica medida del gobierno japonés ignoró las demandas de los vecinos como China y Corea del Sur, así como las protestas dentro y fuera de Japón.
Algunos pescadores japoneses temen que este derrame perjudique la reputación de sus productos. También autoridades, empresarios y ciudadanos de China y Corea del Sur manifestaron previamente su preocupación, convirtiendo la situación en un asunto político y diplomático.
Los residuos radioactivos de la planta nuclear de Fukushima surgieron tras un accidente en el año 2011. Ese año, un terremoto y un tsunami de grandes proporciones afectó gravemente varios núcleos de la planta.
El incidente generó una gran cantidad de desechos radioactivos en combustible y aguas que Japón conservó hasta el día de hoy.
China reacciona
El gobierno de China insistió reiteradamente a las autoridades japonesas a que evitaran verter el agua radioactiva en el mar.
Tokio ignoró estas demandas, lo que generó una rápida reacción por parte del gigante asiático. La Cancillería de China calificó la decisión de Japón como “un acto extremadamente egoísta e irresponsable que ignora los intereses públicos internacionales”.
El Ministerio de Asuntos Exteriores chino afirma que se trata de un importante tema de seguridad nuclear con implicaciones transfronterizas, por lo que no sólo le compete a Japón.
By releasing the Fukushima nuclear-contaminated water into the ocean, Japan is spreading risks worldwide and passing an open wound onto humanity’s future generations. It has turned itself into a saboteur of the ecological system and polluter of the global marine environment. pic.twitter.com/gEgClMcugI
— Spokesperson发言人办公室 (@MFA_China) August 24, 2023
La Administración General de Aduanas de China anunció en un comunicado la suspensión de toda importación de productos marinos provenientes de Japón.
El texto explica que la medida busca “prevenir de forma integral los riesgos de contaminación radiactiva causada por la descarga japonesa de aguas residuales contaminadas, proteger la salud de los consumidores chinos y garantizar la seguridad de las importaciones de alimentos”.
Beijing además explicó que se apega a sus leyes internas, así como al acuerdo de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en medidas sanitarias y fitosanitarias.
Las autoridades chinas siguen de cerca el proceso de descarga de las aguas radioactivas de Fukushima. Esto ante la preocupación por el riesgo de contaminación en los alimentos japoneses y las exportaciones agrícolas a China.