Hoy inicia la IX Cumbre de las Américas y habrá que esperar la llegada de las delegaciones para confirmar el fracaso del mitin de alto nivel.
La incógnita surgió luego de que la administración Biden calificara a los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua de poco democráticos. Esto, como excusa para excluirlos del encuentro que busca “un futuro sostenible y resiliente”.
La decisión de Estados Unidos generó tensiones en las naciones invitadas. Aunque algunas asistirán, dejaron en claro que vaya quien vaya será ésta una cumbre de la protesta.
Protestan países que no van, pero también protestan, en solidaridad, otros países que decidieron bajarse, o pusieron su presencia en duda. Entre ellos, Bolivia, Guatemala, Honduras, San Vicente y las Granadinas y México.
“Yo creo que, por dos vías, los que no van a la Cumbre, no van como forma de protesta y los que van a la reunión de Los Ángeles van para protestar, la voz del ALBA, incluso no solo del ALBA, la voz de la CELAC se va a escuchar allá en Los Ángeles”, opinó el secretario ejecutivo de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), Sacha Llorenti.
La cumbre de las molestias
El presidente boliviano, Luis Arce, fue tal vez el más inflexible en su postura. “Públicamente está anunciado que el presidente Luis Arce no viajará mientras haya países excluidos”, dijo el vocero presidencial, Jorge Richter.
Una de las dudas es la del presidente guatemalteco, Alejandro Giammatei. El canciller de ese país, Mario Búcaro, aseguró el 3 de junio que “aún no está confirmado” el viaje del Ejecutivo al encuentro regional y enfatizó que están “evaluando todas las opciones”.
La relación entre ambos países está deteriorada desde que Washington criticó la reelección de Consuelo Porra como fiscal general y jefa del Ministerio Público, a quien cuestionan por supuesta corrupción.
El gobierno hondureño, por su parte, anunció el 4 de junio que la presidenta Xiomara Castro enviará a su canciller, Eduardo Enrique Reina, para que asista a la cumbre en su nombre.
Solo Panamá y Costa Rica asistirán por Centroamérica sin poner ningún condicionamiento. Asimismo, Colombia y Brasil, naciones cómplices de la política exterior de Estados Unidos, estarán presentes.