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Expediente.News | ¿Terremotos a la carta? ¿Qué pasó realmente en Turquía y Siria?

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Cuando hablamos acerca las posibilidades de acción que ofrecen las nuevas tecnologías, se abren campos fértiles para que florezcan casi todo tipo escenarios. También dice presente, la eterna lucha dicotómica entre el bien y el mal. Es decir, las visiones catastrofistas crecen, prácticamente de la mano de aquellas cándidamente optimistas. En el lado más pesimista, la delgada línea que separa la realidad de la ciencia ficción, tiende a realizar buenas migas con el conspiracionismo. Y en el costado más optimista, se ofrecen pinceladas de un mundo idílico, genial para adormecer la propia conciencia.

Probablemente, el reto que nos plantea la nueva era sea tratar de buscar un equilibrio entre ambas visiones, fomentando un pensamiento crítico. Ni caer en paranoia, ni dar por descontado absolutamente todo, pareciera ser la consigna, de un mundo cada vez más caótico y violento. Sin embargo, a la luz de los espantosos terremotos registrados recientemente en Siria y Turquía ha cobrado inusitado protagonismo el Proyecto HAARP. Básicamente, porque hay corrientes que afirman que existe la posibilidad de utilizar ese proyecto para alterar los fenómenos naturales a placer. De este modo se provocarían daños terribles a otros países, bajo el cobarde manto del anonimato.

muertos terremoto
Foto: Crédito desconocido
De terror

El solo enunciado de esta visión, pone los pelos de punta, no solo por el inmenso poder destructivo que ella encierra, sino por quiénes podrían ser sus potenciales usuarios. Es decir, las élites de poder. Y esto, porque básicamente, como lo han denunciado reiteradamente diversos analistas y pensadores, el gobierno mundial descansa en las manos de “psicópatas, asesinos y mentirosos contumaces”. Imagínense ustedes, si estos señores tuvieran en sus manos el poder de generar terremotos a placer y más potentes; o tormentas, huracanes y ciclones a conveniencia.

Estos personajes profesan la idea del supremacismo y sienten verdadero desprecio por las masas a las que califican despectivamente como “chusma” o “rebaño”. Comenzando el segundo milenio, el historiador portugués, Emmanuel Todd, caracterizaba al imperio norteamericano como: un depredador en decadencia, con una economía Titanic (en hundimiento), y con una sociedad sin cohesión, en “trance”.

No son de fiar

Pruebas acerca de la falta de escrúpulos de estas élites mundiales, abundan. El libro Guerra imperial y desinformación, del periodista y profesor universitario, Carlos Fazio, es un buen ejemplo. Este trabajo resume la capacidad de mentir a gran escala de EE.UU. Esto para el logro de sus objetivos militares o económicos, durante casi todo el siglo XX. Desde la mentira monumental de las armas de destrucción masiva en Irak, hasta la puesta en escena del Golfo de Tonkín, para justificar la guerra de Vietnam. Sin perder de vista, las fraudulentas imágenes del “genocidio” de Timisoara (1989), Fazio desnuda los alcances de la mentira como “arma de guerra”, entre el Pentágono y sus aliados.

Así que de entrada, motivos para desconfiar de estas élites sobran, no son para nada gente de fiar. Cuando hay dinero de por medio o están en juego “sus intereses” geopolíticos han demostrado ser capaces de casi todo. Cómo será, que un cronista de abierta tendencia de derecha, como Alfredo Yánez Mondragón, realiza estas reflexiones:

“Como si hubiese sido poco con la manipulación de laboratorio para que el mundo sufriera los incalculables estragos del covid-19; ahora se ventila abiertamente que una de las farmacéuticas más importantes del mundo ha estado trabajando en unas “enfermedades de diseño”, para mantener vigente la necesidad del uso de sus vacunas o medicamentos. ¿Será que acaso no son suficientes las enfermedades naturales?; ¿Será que definitivamente el mundo está dominado por los malvados de las caricaturas o las series de ficción?”.

Foto: Cortesía
La hipótesis

El High Frecuency Active Auroral Program (por su sigla en inglés) o Programa de Investigación de la Aurora Activa de Alta Frecuencia, es un proyecto financiado por la Fuerza Aérea y la Marina de los Estados Unidos, en conjunto con la Universidad de Alaska, y tiene como fin entender, simular y controlar los procesos ionosféricos que podrían cambiar el funcionamiento de las comunicaciones y sistemas de vigilancia.

No obstante, con respecto a las capacidades del HAARP de ser empleado para otros fines, la hipótesis es la siguiente:

“(…) Los militares de EE.UU. han aplicado técnicas de modificación del medioambiente durante más de medio siglo. El matemático estadounidense John Von Neumann, en asociación con el Departamento de Defensa de EE.UU., comenzó su investigación sobre la modificación del clima a fines de los años cuarenta en plena Guerra Fría. Y previó formas de guerra climática aún no imaginadas. Durante la guerra de Vietnam, se utilizaron técnicas de bombardeo de nubes, comenzando en 1967 con el Proyecto Popeye, cuyo objetivo era prolongar la estación del monzón y bloquear rutas de suministro del enemigo a lo largo de la Pista Ho Chi Minh. Las fuerzas armadas de EE.UU. han desarrollado capacidades que les permiten alterar selectivamente los modelos climáticos”, destaca en un artículo científico el investigador cubano Ezequiel Martínez Justiz.

Recuerda Martínez Justiz que la tecnología perfeccionada bajo el Programa  HAARP, ha sido un apéndice de la Iniciativa de “Defensa Estratégica – la Guerra de las Estrellas”. Así, desde el punto de vista militar, HAARP sería un arma de destrucción masiva, que opera desde la atmósfera exterior y es capaz de desestabilizar sistemas agrícolas y ecológicos en todo el mundo.

Los daños

“La modificación del clima, según el documento de la Fuerza Aérea de EE.UU. AF 2025 Informe Final, ofrece al combatiente en la guerra una amplia gama de posibles opciones para derrotar o coercer a un adversario; sus capacidades, dice, se extienden a la provocación de inundaciones, huracanes, sequías y terremotos: La modificación del clima se convertirá en parte de la seguridad interior e internacional y podría ser realizada unilateralmente… Podría tener aplicaciones ofensivas y defensivas e incluso ser utilizada para propósitos de disuasión. La capacidad de generar precipitaciones, niebla y tormentas en la tierra o de modificar el clima en el espacio… y la producción de clima artificial forman todas partes de un conjunto integrado de tecnologías (militares)”, resalta Martínez Justiz.

Luego de los terribles terremotos registrados en Turquía y Siria ya se han contabilizado más de 42.000 muertos. Organismos como Naciones Unidas y la OMS solicitan a la comunidad internacional ayuda para socorrer a los supervivientes. Esto es particularmente necesario en Siria, sumida en una guerra civil desde hace más de 11 años. El seísmo principal registró una magnitud de 7,8, que al parecer habría desencadenado horas después otro de 7,5.

“Nunca en mi vida había visto un nivel de destrucción como el que vi desde Alepo a Damasco. Esqueletos de casas. Casi no hay gente a la vista. Más de una década de guerra ha tenido un precio inimaginable. Los sirios necesitan nuestro apoyo ahora y en los próximos años para reconstruir sus vidas”, expresó el director general de la OMS, Tedros Adhanom.

terremoto Turquía
Crédito desconocido
Intereses geopolíticos

La explicación oficial refiere que los movimientos telúricos fueron tan potentes y devastadores, por haberse registrado en una de las áreas más sísmicas y activas del mundo, como  la zona de la falla Oriental de Anatolia. A ello se suma que los eventos se dieron en un perímetro muy poblado, donde muchas construcciones no tenían tecnología antisísmica.

No obstante, las versiones que señalan al proyecto HAARP como posible detonante, indican que se pudo haber usado esta tecnología, si bien no para provocar, al menos sí para potenciar la capacidad destructiva. Alimentan estas hipótesis la importancia geoestratégica de Siria y Turquía, así como el carácter de “enemigos” que ambos países tienen para EE.UU.

Pero, como refiere el propio Martínez Justiz aún no existe una evidencia firme del uso de HAARP para propósitos militares. Por ello: “es imperante mantenerse informado de este tipo de investigaciones y proyectos, gestados en los órganos armados de las potencias capitalistas, especialmente los EE.UU”.

Sólo el tiempo dirá si se pueden fabricar “Terremotos a la carta”. También si un imperio decadente, como EE.UU. ha utilizado esta tecnología para infligir daño a sus “enemigos”.

Venezuela News Radio 104.9 FM

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