El impacto de las medidas coercitivas y unilaterales aplicadas por el gobierno norteamericano contra el país, tuvo efectos demoledores sobre la economía. Caída del producto Interno Bruto (PIB), hiperinflación inducida, períodos de escasez programada de alimentos y medicinas, incluso en pandemia, han sido parte del panorama de estos últimos ocho años. Sin embargo, desde fines de 2021 y 2022 hay una frase que revolotea de boca en boca: Venezuela se arregló.
Y, ciertamente, a simple vista se perciben rasgos característicos todos de una recuperación, aún incipiente, pero que empieza a consolidarse. Ya son cosa del pasado los terribles períodos de escasez y aquellas imágenes desoladoras de automercados y farmacias completamente vacíos. El comercio se reanima cada vez más, de la mano con la producción interna. Existe mayor flujo de personas y vehículos en las diferentes ciudades del país. Y la agenda de conciertos y espectáculos públicos se reaviva.
En general, se respira otra atmósfera. Del letargo y la desesperanza de los años más críticos, se fortalece una percepción: la esperanza colectiva. Es una sensación de que lo peor ya pasó y comenzamos a ver la luz al final del túnel. Queremos creer y actuar, como que han llegado nuevos y mejores tiempos, tal como ha proclamado en distintas ocasiones el presidente Nicolás Maduro.
Datos concretos
Ahora bien, en economía si bien las expectativas son sumamente importantes, también es clave verificar las percepciones con los hechos. En tal sentido, hay tres indicadores concretos que dan sustancia a la convicción de que Venezuela se arregló, o por lo menos va en una vía clara hacia ese ansiado escenario.
El primero es la producción petrolera. Como sabemos a pesar de los grandes esfuerzos que se han realizado, el país sigue siendo una economía que depende mucho del hidrocarburo. Basado en una política inteligente y oportuna de medidas antibloqueo, el gobierno nacional se las ha arreglado para recuperar progresivamente la capacidad de producción de Petróleos de Venezuela (PDVSA), seriamente mermada por el cerco de sanciones norteamericanas.
Así se ha pasado un rango de producción diaria de 788 mil barriles por día. Lo que da un piso sólido a las autoridades, para proyectar una producción este 2022 de 2 millones de barriles. Esto significaría un respiro importante, para todo lo relacionado con el gasto público y el estímulo a diversas actividades productivas.
Llueva o truene
“Este año vamos a 2 millones de barriles diarios llueva, truene o relampaguee. Este año recuperamos la producción petrolera de la mano de la clase obrera”. Así lo afirmó recientemente el primer mandatario, Nicolás Maduro, durante un encuentro con representantes y trabajadores de sectores productivos.
Por otro lado, a raíz del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, los precios internacionales del oro negro han repuntado. El incremento ha sido de alrededor de 60%, ubicándose los crudos marcadores sobre los 120 dólares por barril. Y existen proyecciones de distintos expertos que indican que la cotización pudiera rondar los US$ 200 por barril.
Asimismo, la recuperación de los ingresos nacionales ha sido gradual. Como ha informado la Vicepresidenta Ejecutiva, Delcy Rodríguez, pasó de 743 millones de dólares en 2020 a US$ 1.768 millones 2021.
Solo para hacernos una idea general, es preciso tener en cuenta que por cada 100.000 nuevos barriles de petróleo que se produzcan en el país, a los precios actuales, podrían ingresar a las arcas estatales alrededor de 10 millones de dólares diariamente. Es obvio que esto comenzaría a dar mayor margen para seguir apuntalando la recuperación actual.
Monstruo vencido
Pero por otro lado, otro efecto devastador como ha sido la hiperinflación inducida, también ha sido derrotado. Según reseña el Banco Central de Venezuela (BCV), la inflación de marzo 1,4%, la más baja desde agosto de 2012, cuando promedió 1,1%. Y así la variación de precios acumula siete meses consecutivos por debajo de 10%. Técnicamente este fenómeno tan erosivo fue derrotado.
Otra variable crucial que ha sido controlada, es el comportamiento del tipo de cambio. En 2021, el BCV logro controlar la paridad cambiaria, la cual se mantiene estable alrededor de 4,5 bolívares por dólar. Entre julio y febrero el dólar oficial aumentó 10%, mientras que el paralelo incrementó solo 15%.
Buenas perspectivas
Mayor producción petrolera, mayores ingresos, estabilización del tipo de cambio y derrota de la hiperinflación, son todos síntomas positivos, que inciden en indicadores favorables también para la producción interna. Así 2021 fue el primer año de crecimiento económico desde 2014. De hecho, se le ha señalado como el año del renacimiento económico con un crecimiento superior al 4%.
Esto ha dado pie a proyecciones positivas que ubican el crecimiento para este 2022 entre 4 y 5 %. Sin embargo, hace poco una agencia, como diría el querido profesor, Earle Herrera, “insospechable de chavismo”, proyectó el crecimiento de Venezuela en 20% para este período.
Se trata nada más y nada menos que del Credit Suisse Bank. “Revisamos nuestra proyección de crecimiento del PIB real hasta el 20%, desde una proyección anterior del 4,5% (…) de ser exactos esta terminaría siendo de entre las cifras más altas en el mundo este año”.
Camino de esperanza
Las perspectivas y las expectativas son prometedoras para el país. Sin embargo, aún se debe trabajar muy duro para concretar más avances. Especialmente en el ámbito de los servicios, como electricidad, agua o distribución de combustible. En este campo se han comenzado a observar mejorías, pero el impacto fue tan fuerte que hay que avanzar mucho más para restablecer la cobertura y la calidad, anterior al bloqueo.
El otro aspecto que debe seguir mejorando es el ingreso salarial de la clase trabajadora. Aunque también se han dado pasos importantes para su recuperación, aún es importante el terreno que se debe avanzar. Sin embargo, al comparar con los peores años de este ciclo de dificultades, no cabe la menor duda de que Venezuela se arregló, o al menos va en vía firme de hacerlo, con el concurso y buena voluntad de todos sus habitantes.