Aunque la estrategia de bloqueo contra Venezuela, iniciada con el expresidente norteamericano Barak Obama, alcanzó su clímax con el también expresidente de esa nación, Donald Trump, es público y notorio que por su estruendoso fracaso, ese cerco ha comenzado a flexibilizarse de manera progresiva. Sin embargo, los atropellos y actos de piratería lejos están de haber culminado. Tras el robo de tanqueros cargados de gasolina en alta mar, al mejor estilo del pirata Barba Negra, recientemente se ha pretendido armar un escándalo con un avión venezolano retenido injustamente en Argentina.
La aeronave, un Boeing 747, perteneciente a la venezolana Empresa de Transporte Aereocargo del Sur, S.A. (EMTRASUR) fue detenida el pasado 8 de junio en el país gaucho. Previamente la autoridad aeronáutica del Uruguay le había revocado el permiso de sobrevuelo, mientras la aeronave se disponía a completar la ruta Ezeiza (Argentina)-Montevideo-Caracas.
Decisión irresponsable
La actuación de las autoridades aeronáuticas uruguayas fue denunciada, mediante un comunicado oficial del gobierno bolivariano, emitido el 16 de junio. En la protesta se califica la actuación como irresponsable y se advierte que se puso en riesgo la vida de toda la tripulación. Esto porque el avión contaba con tan sólo 17 mil litros de combustible, muy por debajo del Procedimiento Operacional estandarizado de Emtrasur de 20 mil litros.
“El gobierno de la República Bolivariana de Venezuela denuncia ante la comunidad aeronáutica internacional esta lamentable acción que pudo haber ocasionado una tragedia, pérdidas humanas y daños para ambas naciones. (…) La aeronave se vio obligada a retornar al aeropuerto de Ezeiza, en Argentina, no contando con el combustible reglamentario, poniendo en grave riesgo la vida de la tripulación”, reza la misiva oficial.
Las acciones de la autoridad aeronáutica uruguaya dieron pie a un bombardeo comunicacional plagado de suposiciones y comentarios mal intencionados. El caso alcanzó tales decibeles en cierta prensa del Sur, que el gobierno argentino se pronunció, ordenando la detención del avión y su tripulación.
Una trampa
Los argumentos que pesaron para una medida tan extrema son por decir lo menos descabellados. Tanto así que el reconocido sociólogo, investigador y escritor argentino, Atilio Borón, no duda en asegurar que el gobierno de Alberto Fernández cayó en una trampa.
“No existe ninguna razón, de ningún tipo, salvo la presión brutal que en Estados Unidos y el lobby israelí están ejerciendo sobre las agencias de seguridad, las agencias de inteligencia, ministerio de Economía. (…) El gobierno argentino ha caído en una trampa. Creo que le están haciendo pagar al presidente, Alberto Fernández, lo que dijo en Los Ángeles la semana pasada”, sentencia Borón.
Cabe destacar que el presidente Fernández fue una de las voces que reclamó por la exclusión de Cuba, Venezuela y Nicaragua de la reciente Cumbre de las Américas organizada por el gobierno de Estados Unidos.
Patrañas y falacias
Y ciertamente, tras varios días de detención no aparece un solo elemento probatorio de las descabelladas versiones. Estas se pusieron a rodar insistentemente en medios de comunicación y redes sociales.
Entre los seudo argumentos que se esgrimieron, algunos son hasta risibles. Como por ejemplo que la aeronave antes de ser venezolana, había pertenecido muchos años a una flota iraní. Ya que este avión había operado durante 15 años para la aerolínea Mahan Air de bandera persa.
Una versión completamente absurda, ya que en un mundo que se supone “libre”, lo más normal es que haya tantas transacciones comerciales y financieras, como convenga a las partes involucradas. Ello no debería dar pie a ningún tipo de señalamientos.
Heridas del pasado
Pero al tratar de vincular al avión con Mahan Air, se quiso ensombrecer el trabajo de la aeronave venezolana, al servicio de EMTRASUR. Una empresa creada justamente para evadir el ilegal bloqueo norteamericano. Por otro lado, a Mahan Air se le ha querido estigmatizar señalándola de tener vínculos con la Fuerza Quds, un grupo élite del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (IRGC).
También se ha tratado de atizar el odio contra Irán, trayendo a colación hechos de hace más de 20 años. Es el caso del atentado contra la AMIA, ocurrido el 18 de julio de 1994. En esa oportunidad un coche-bomba se estrelló contra la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina, provocando 85 muertos y 300 heridos.
A juicio de Borón, con el atentado a la AMIA en Argentina, se “logró instalar la idea de que los autores intelectuales y materiales fueron comandos iraníes y la justicia bendijo esa patraña”. Sin embargo, aclara que se ha “recontra comprobado que eso no fue así, que fue toda una invención”.
El reconocido catedrático asegura que esta es una excelente oportunidad para que el gobierno argentino rectifique. “Debería pegar un golpe de timón y decir: Acabemos con esa patraña, no solamente para detener ese avión, sino para seguir estigmatizando a Irán. Poner en movimiento un nuevo tiempo de relación”, sentenció.
Todo en orden
Vale la pena citar al articulista del medio argentino Página 12, Eduardo Aliverti, quien a su vez cita a Raúl Kollmann. “Todas las sospechas lanzadas sobre la nave de Emtrasur no encuentran todavía coincidencia alguna con los hechos constatados”.
Aliverdi añade que: “ni pedidos de captura sobre los tripulantes iraníes, ni que las inspecciones hallaran irregularidades de cierto tipo, ni nada de nada. Y como si fuera poco, el informe de Interpol, el jueves pasado, ratifica que no hay ningún sospechoso. Nadie relacionado con organizaciones terroristas, ni con solicitud de detención, ni con alertas rojas”, completa.
Lo que sí es cierto es que el avión Boeing 747 de EMTRASUR injustamente retenido contaba con todos los permisos y fue autorizado el plan de vuelo. Igualmente, la tripulación paso en tres oportunidades migraciones y nunca se detectó ninguna irregularidad en su documentación ni se le retuvieron sus Pasaportes.
Hechos contundentes
Como reseña el medio Página 12 hay cuatro aspectos de interés, que dejan en evidencia que este “caso” se montó sobre suposiciones infundadas:
- La carga que trajo la aeronave fue escaneada por Aduana y la misma arrojó que se coincidía con repuestos de vehículos tal cual había sido declarado.
- La aeronave permaneció desde el día lunes en Ezeiza.
- Los tripulantes en todo momento se quedaron en el hotel.
- Se allanó ilegalmente el avión de bandera extranjera sin orden de un juez y en ese allanamiento no se encontró nada. (Hay que resaltar que se quitaron paneles, se llevaron perros anti drogas y anti explosivos y un equipo comando especializado).
A la luz de todos estos elementos queda bastante claro que el caso del avión retenido en Argentina hace parte de una patraña más contra los gobiernos de Venezuela e Irán. Sin embargo, un mundo multipolar sigue abriéndose paso y más temprano que tarde prevalecerán otro tipo de relaciones entre países.
