Un estudio financiado por la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), documenta como los viajes espaciales inciden sobre la fisiología de los astronautas.
La investigación, en la que participaron 23 hombres y siete mujeres, de unos 47 años en promedio, indica que los astronautas que participaron en misiones espaciales de más de seis meses experimentaron una expansión significativa en los ventrículos cerebrales.
Los ventrículos cerebrales son las cavidades ubicadas dentro de la masa encefálica y que contienen líquido encéfalo raquídeo.
La investigación descubrió que después de un viaje espacial, los ventrículos cerebrales tarden tres años en recuperarse totalmente. Los investigadores llegaron a esta conclusión luego de examinar los escáneres cerebrales de 30 astronautas.
Basados en este descubrimiento, los científicos aconsejan un intervalo de por lo menos tres años entre las misiones largas. La neurocientífica de la Universidad de Florida y autora principal del estudio publicado en la revista Scientific Reports, Heather McGregor, habló al respecto.
«Si los ventrículos no tienen tiempo suficiente para recuperarse entre misiones consecutivas, esto puede afectar a la capacidad del cerebro para hacer frente a los cambios de fluidos en microgravedad. Por ejemplo, si los ventrículos ya están dilatados por una misión anterior, pueden ser menos flexibles. Además, podrían tener menos espacio para expandirse y adaptarse a los cambios de fluidos durante la siguiente misión«.
El espacio puede ser un lugar hostil para el cuerpo humano, ya que las condiciones de microgravedad y otros factores alteran nuestra fisiología de pies a cabeza, y la cabeza, desde luego, es una de las principales preocupaciones https://t.co/MtlTsKzLfl
— Diario La República (@larepublica_co) June 8, 2023
En contraposición, en los astronautas que estuvieron en misiones cortas, el aumento de volumen ventricular fue escaso o nulo. Los investigadores subrayaron que no hubo diferencias entre los que volaron durante seis meses y los que lo hicieron durante un año.
«Esto sugiere que la mayor parte del agrandamiento ventricular se produce durante los primeros seis meses en el espacio. Luego empieza a disminuir alrededor del año«, señaló McGregor.