Con un llamado a “hacer política de verdad”, el primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, acompañó el acto de juramentación y toma de posesión del gobernador electo para el estado Trujillo, Gerardo Márquez. El evento protocolar tuvo lugar en el icónico Monumento a la Virgen de la Paz, la segunda estatua más grande de América Latina.
“Esta juramentación es el resultado de la voluntad del pueblo y un triunfo de la paz”, consideró Cabello en su discurso. “El pueblo trujillano dijo que quiere seguir en socialismo y eso debe respetarse”, sentenció.
“Se ha impuesto nuevamente la conciencia de un pueblo. Trujillo habló y dijo: ‘Queremos de gobernador a Gerardo Márquez’. A él le entrega otro gran hermano, nuestro compañero Henry Rangel Silva, ejemplo para la institución militar, disciplinado, bolivariano y sobre todo chavista”.
Gobernar para y con el pueblo
El integrante de la Dirección Nacional del PSUV pidió a los nuevos gobernantes de Trujillo (no solo a gobernador sino también a alcaldes y concejales) hacer realidad las expectativas de la gente. Para ello, les dijo, “hay que ir a la calle”, porque “las cosas del pueblo se resuelven en la calle, no en una oficina ni en una poltrona viendo televisión”.
“Las poltronas cómodas en las oficinas no son lo mejor para un funcionario público. La silla tiene que ser incómoda para que no la aguante y se vaya para la calle a encontrarse con su pueblo”, siguió el también parlamentario.
Nueva etapa de unidad y entendimiento entre adversarios
Especificó que en el estado Trujillo las fuerzas chavistas lograron hacerse de 12 alcaldías, mientras que las distintas oposiciones conquistaron 8 plazas municipales. Contó que “fue una lucha de argumentos y los resultados están reflejados en quiénes ganaron las alcaldías”. Y ahora, que a los opositores les tocará también gobernar, “vamos a ver si el cambur verde mancha”. Con la popular expresión se refirió a que ahora los adversarios vivirán en sus carnes “cómo se gobierna con bloqueo, sanciones y persecución; en cambio, el chavismo ya está acostumbrado a eso”.
En ese sentido, destacó que la correlación de fuerzas y la participación de factores opositores está marcando el “regreso de la política y de que se acaben los inmediatismos y atajos de quienes creen que por la vía de un golpe de Estado pueden quitarle al pueblo la voluntad que tuvo en el momento que eligió a un funcionario”.
Agregó entonces que el reconocimiento y respeto entre adversarios, “pareciera que será la norma en los últimos años. Si es así, a Venezuela no la va a parar nadie, uno siente que vienen cosas buenas para Venezuela. Tenemos que apostar a la paz porque con la paz vamos a lograr todo lo demás”.
“Lo que tengamos que cambiar hay que cambiarlo”, agregó en un reconocimiento de que el chavismo ha cometido fallas. Admitió además que especialmente en Trujillo la batalla política es compleja porque “siempre han imperado las mezquindades, los grupitos, los pedacitos e intereses particulares, pero si algo nos deja de lección este 21N es que todo eso podemos tirarlos al río”.
Llámenme a mí de primero
Diosdado Cabello también reflexionó que la “política es muy dura, perversa y cobra”. Por eso, la importancia de hacer los mayores esfuerzos por satisfacer las necesidades de los más. Asimismo, puso el acento en la relevancia histórica de la entidad andina, diciendo que “uno tiene que amar a Trujillo porque cuando Bolívar estaba golpeado o débil, venía para acá y se hacía fuerte aquí”.
“Si hay algún problema, llámenme a mí de primero. Les garantizo que ahí estaré. No soy trujillano pero amo a Trujillo”, pidió.
Cerró diciendo que “estoy seguro que la mano de Gerardo Márquez va a avanzar en el progreso, en la mayor suma de estabilidad y felicidad posibles”.
