Científicos de Reino Unido descubrieron momias de lagartijas de unos 2.500 años de antigüedad dentro de tres ataúdes de animales antiguos sellados en yacimientos del antiguo Egipto en el delta de Nilo.
El hallazgo fue posible sin que un solo científico abra la tapa del ataúd, gracias a la utilización de una innovadora técnica, la tomografía de neutrones.
Lejos de utilizar este método para evitar maldiciones legendarias vinculadas con restos momificados perturbadores. Esta técnica se utilizó a fin de preservar los artefactos en su estado natural completo.
De un total de seis féretros analizados, los investigadores hallaron huesos de reptiles en tres sarcófagos con figuras de lagartijas y anguilas sobre ellas, que datan de entre 500 y 300 a. C.
Cabe destacar que, el proceso de formación de imágenes es similar a una radiografía. Sin embargo, este método radiográfico utiliza neutrones para crear imágenes de objetos en su camino.
Gracias a este método, los científicos descubrieron nuevos conocimientos sobre los tipos de animales que fueron momificados y enterrados en el antiguo Egipto. Asimismo, presumen que la momificación se dio a través de rituales en lugar de entierros para animales de compañía.
Sobre las lagartijas, los científicos no pudieron identificar su especie debido a la variabilidad de tamaño. Sin embargo, confían en que los restos pertenecen a reptiles del género Mesalina. Varias especies de estos lagartos son endémicas del norte de África.
Lo que sí pudieron identificar fueron los restos de un tejido, lo que sugiere que las lagartijas habían sido envueltas, muy probablemente, en lino. Este era un tejido común para la momificación de humanos y animales en ese momento.