El síndrome de colon o intestino irritable, afecta el estómago y los intestinos, que en conjunto forman el tracto gastrointestinal, entre el 6% y 18% de personas en todo el mundo lo padecen.
De acuerdo con artículos médicos sobre el tema, esta condición implica cambios en la frecuencia o forma de defecar y ocasiona dolor en el abdomen bajo.
También, las dietas, estrés, el mal sueño y los cambios en las bacterias de los intestinos pueden activar los síntomas. Sin embargo, los detonantes son diferentes para cada persona, y por eso es difícil determinar los alimentos o estresores específicos que deberían evitar las personas que tienen este trastorno.
Síntomas
Como resultado, los síntomas más comunes del síndrome de colon irritable, son dolor en el abdomen, a menudo relacionado con las evacuaciones y cambios en estas. Estos cambios pueden ser diarrea, estreñimiento o ambos, dependiendo del tipo del síndrome de colon irritable que tenga la persona afectada.
- Hinchazón
- Gases
- Sensación de que no ha terminado de defecar
- Moco blanquecino en las heces
- Las mujeres a menudo tienen más síntomas durante la menstruación
Para diagnosticar esta patología, el doctor buscará cierto patrón en sus síntomas a lo largo del tiempo. El síndrome de colon irritable es un trastorno crónico, lo que significa que dura mucho tiempo, hasta años.
A pesar de que los síntomas pueden aparecer y desaparecer, los cuales pueden ser doloroso, no causa otros problemas de salud ni daña el tracto digestivo.
¿Qué causa el síndrome del intestino irritable?
Por su parte, los doctores no están seguros de qué causa esta patología, los expertos creen que lo podría causar una combinación de problemas.
En tal sentido, los trastornos gastrointestinales funcionales son problemas con las interacciones entre el intestino y el cerebro, por eso, pueden afectar el funcionamiento del cuerpo y causar los síntomas.
Ciertos problemas son más comunes en las personas con el síndrome de colon irritable y los expertos consideran que estos problemas pueden ser un factor para su desarrollo:
- Eventos estresantes o difíciles en la infancia, como el abuso físico o sexual.
- Ansiedad.
- Infecciones bacterianas en el tracto digestivo.
- Proliferación bacteriana en el intestino delgado, un aumento en la cantidad o un cambio en el tipo de bacteria en el intestino delgado.
- Intolerancia o sensibilidad a ciertos alimentos que causan síntomas digestivos.
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