El pasado 27 de abril, el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) publicó un informe señalando que 1 de cada 4 estudiantes estadounidenses de secundaria se identifica como gay, lesbiana, bisexual u otra orientación perteneciente a la comunidad LGBTIQ+.
Los datos publicados surgieron tras una encuesta realizada en 2021 con 17.508 adolescentes en colegios públicos y privados. Un 75.5% se identifica como heterosexual, el 3.2% gay o lesbiana, mientras que el 12.1% dijo ser bisexual.
Otro 5.2% aseguró no estar seguro de su sexualidad y un 3.9% se identifica con otras orientaciones sexuales. “El porcentaje de estudiantes con identidad sexual distinta a la heterosexual ha aumentado de manera sostenida, del 11 % en 2015 al 26 % en 2021”, recalcó la CDC.
Entre los puntos que destaca este informe es que los estudiantes estadounidenses que se identifican con la comunidad LGBTIQ+ experimentan “mayor prevalencia de mala salud mental” en comparación con los heterosexuales.
En ese sentido, también son “más propensos a experimentar violencia sexual o física, sentimientos persistentes de tristeza o desesperanza y pensamientos suicidas“.
Jay Richard, investigador para la Fundación Heritage puntualizó que los menores se identifican con orientaciones “no tradicionales” debido a “planes de estudio que incluyen diversos géneros” implementados durante la primaria y secundaria, destacó el medio RT.
En EEUU, hubo un incremento de la educación sexual a partir del segundo grado, acciones que recibieron rechazos en sectores conservadores. Recientemente, una escuela ubicada de Vermont envío una carta a padres y representantes indicándoles que en las clases comenzarían a utilizar “lenguaje inclusivo“.