Desde el inicio de las operaciones militares por parte de Rusia en Ucrania, el Ministerio de Cultura y Política de Información realizó acciones que permanecen en cuestionamiento. Esto, motivado a una ordenanza sobre la quema de 100 millones de ejemplares de obras literarias editadas, publicadas o traducidas en Rusia.
Asimismo, la directora del Instituto del Libro y expresidenta del Foro de Editores, Oleksandra Koval, destacó que estos textos representan un mal para esa nación.
Entre las obras clásicas de la literatura que ordenaron para su quema en Ucrania se encuentran obras de grandes escritores. En la lista figuran León Tolstói, Fiodor Dostoyevsky y Alexander Pushkin.
Sobre estas acciones, una fotografía había sido difundida por el exministro de Relaciones Exteriores de Suecia, Carl Bildt; la cual posteriormente eliminó.
De igual manera, según reseñó el medio Reseau International hay “dos lecciones que aprender de estos eventos” ya que “no habíamos sido testigos de tal destrucción de libros desde la Segunda Guerra Mundial y los incendios nazis“. Además, “la OTAN es plenamente consciente de lo que está pasando, de lo contrario no habría intentado encubrir la noticia”.
Por último, tras su quema solo algunos ejemplares de estas obras quedarán a disposición en casas de estudios para investigaciones en Ucrania. Entre ellos, “El origen del mal“ de León Tolstói.