El gobierno de Rusia calificó como un “gesto de desesperación” la decisión de Estados Unidos (EE.UU.) sobre enviar bombas de racimo a las tropas de Ucrania.
Este lunes la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, afirmó que la medida demuestra el curso agresivo antirruso de Washington. A través de un mensaje publicado en Telegram, la funcionaria aseguró que EE.UU. da señales de “impotencia ante el fracaso” de la contraofensiva de Kiev.
La representante rusa indicó que el suministro de bombas de racimo a Ucrania tiene la finalidad de prolongar el conflicto sin tomar en cuenta a las víctimas.
“Se trata de un intento cínico de prolongar la agonía de las actuales autoridades ucranianas sin tener en cuenta a las víctimas civiles. En Washington saben perfectamente que las “promesas” de los ucronazis acerca de que utilizarán estas armas de efecto indiscriminado “con cuidado” y “responsabilidad”, carecen de valor. Se atacará a la población civil, como ha ocurrido cada vez que EE.UU. y la OTAN han entregado a Ucrania armamento cada vez más mortífero”, expresó.
La funcionaria mencionó que este tipo de armamento tiene la capacidad de mantenerse en el suelo sin explotar y luego detonar tiempo después. En este sentido, afirmó que al entregar estos insumos a Kiev, EE.UU. será en cómplice de los asesinatos que causen las detonaciones.
“Washington se convertirá en cómplice en el minado del territorio y compartirá completamente la responsabilidad de las muertes causadas por las explosiones”, precisó. Asimismo, Zajárova pidió a la comunidad internacional no ignorar estas acciones tomadas por la administración Biden. A su juicio, los organismos internacionales deben responder adecuadamente.
Anteriormente, el embajador ruso en Washington, Anatoli Antónov, también calificó la decisión como una escalada en el conflicto, que aproxima al mundo a una nueva guerra mundial.
