El encuentro que todos esperaban, la vuelta de las semifinales de la Champions. El Real Madrid recibe en el Santiago Bernabéu al Manchester City, el ganador pasará a la gran final.
Los dirigidos por Carlo Ancelotti tendrán a su favor el hecho de jugar en casa. El máximo ganador de Copas es casi invencible en el Bernabéu.
A eso le sumamos el estado de gracia de Karim Benzemá, hoy en día el mejor jugador del mundo, y un medio campo con toda la experiencia de veteranos de mil batallas como Modric-Casemiro-Kroos.
El Real Madrid, a pesar de haber perdido en la ida, tiene la serie exactamente donde quería.
Para el Manchester City las cosas parecen más difíciles. Fue incapaz de dar un golpe de autoridad en casa, dominó el juego pero dejó con vida el Madrid (4-3).
Deben aguantar la presión y la mística del Bernabéu, ante un equipo que sabe jugar estas instancias. Más que fútbol (que le sobra al City) necesitan personalidad, y eso no se compra en la esquina.
Hoy los dos equipos deberán demostrar de qué están hechos: El Madrid puede una vez más soñar con una noche mágica en Champions.
El City de Pep Guardiola está en la necesidad de convencer a sus detractores; demostrar que tienen el carácter suficiente para aguantar la presión y mantener la mínima ventaja de la ida.
En la Final de París los espera el Liverpool de Jurgen Kloop.