El expresidente de Ecuador, Rafael Correa aseguró este viernes que el lawfare se convirtió en una “práctica sistemática” contra los gobiernos progresistas. Sus declaraciones fueron emitidas durante la I Jornada Internacional sobre el desafío para los Derechos Humanos.
El evento se realizó desde el Centro Cultural Haroldo Conti en Buenos Aires, Argentina, los días 02 y 03 de diciembre.
Correa expuso que la “guerra jurídica“ contra los líderes del progresismo en América Latina se extendió por toda la región. Indicó que eso fue posible tras varios años de estrategia donde se “infiltraron los sistemas judiciales”.
Resaltó que la práctica de “utilizar los resortes del Poder Judicial“ para trabar la gestión de gobiernos progresistas se impuso con la intención de “robarles la libertad a los adversarios políticos, para neutralizarlos”.
En ese sentido el exmandatario recordó lo ocurrido a expresidentes como Cristina Fernández, Luiz Inácio Lula da Silva, Jorge Glas, Evo Morales o a Dilma Rousseff. Según dijo, la judicialización contra esos exlíderes les implicó “un costo inmenso”.
Correa explicó que el lawfare “no solo roba vidas y personas, también roba la democracia” a los países latinoamericanos. A su juicio, esta estrategia no permite que algunos de estos exmandatarios puedan participar en futuros procesos electorales. Esto refiriéndose al caso de Lula.
El expresidente también habló sobre su experiencia y como fue “brutalmente” perseguido en el último lustro por la denominada “Revolución ciudadana“, que más tarde se convertiría en Alianza País.
Asimismo, mencionó el papel que tienen los medios de comunicación dentro de la estrategia del lawfare.
“Lo que hacen es ir por la destrucción de la reputación. Ir por la creación de narrativas que aparenten ser verdad, la llamada posverdad; porque lo que buscan no es confirmar si algo es verdad o no, lo que se busca es reafirmar odios“, puntualizó Correa.