Recientes estudios han revelado posibles problemas cardíacos y en el cerebro hasta un año después de la infección por la covid-19.
Entre estas enfermedades destacan los trastornos del corazón y los vasos sanguíneos que incluyen cardiopatías coronarias; enfermedades cerebrovasculares y cardiopatías reumáticas.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), estas enfermedades se cobran la vida de 17,9 millones de personas al año. Más de cuatro de cada cinco muertes por enfermedades cardiovasculares se deben a cardiopatías coronarias y accidentes cerebrovasculares. Sin embargo, una tercera parte de esas defunciones ocurren prematuramente en personas menores de 70 años.
En promedio, un año después de su recuperación de la fase aguda de la infección por la covid-19, los supervivientes tenían un riesgo de un 63 % mayor de ataque cardíaco; esta cifra frente al 69% de ritmo cardíaco irregular problemático.
Un 52% tienen riesgo de accidente cerebrovascular. Un 72% de insuficiencia cardíaca y un riesgo casi tres veces mayor de un trombos de sangre potencialmente fatales en los pulmones; en comparación con los otros dos grupos.
Dichos riesgos, señalan los investigadores, fueron evidentes tanto en personas jóvenes y ancianos, hombres y mujeres, personas con y sin diabetes. Al igual que individuos con y sin enfermedad renal, así como fumadores y no fumadores. Incluso aunque durante la enfermedad no hubieran necesitado hospitalización.
