Mike Pompeo admitió que la opción de invasión militar a Venezuela siempre estuvo en el tapete para la administración de Donald Trump en su afán por salir de Nicolás Maduro.
La revelación se ventila del libro del exsecretario de Estado y director de la CIA, Mike Pompeo, Never give an inch. Fighting for the America I Love (Nunca cedas una milímetro: Luchando por la América que amo).
“Esperábamos hacerle la vida tan miserable al régimen, que Maduro y sus matones tuvieran que hacer un trato con la oposición”, dijo Mike Pompeo.
Al tiempo que señala que “En varios momentos, el presidente Trump, John Bolton y yo sugerimos la opción militar para Venezuela. Ninguno de nosotros queríamos hablar públicamente sobre este importante medio de presión”.
Para lograr dicho cometido el gobierno de Donald Trump y sus colaboradores, se dieron a la tarea de apoyar a la oposición dando forma a la figura de Juan Guaidó con el interinato y presionar económicamente a Maduro.
Igualmente, Mike Pompeo enfatiza en su obra, que Estados Unidos montó una campaña de presión sobre el régimen de Maduro en concierto con aliados, lo que habla de la inversión millonaria para lograr este cometido.
También confesó que entregaron más de mil millones de dólares en ayuda humanitaria durante la administración Trump. “El dinero era solo una forma de nuestro apoyo“, afirmó.
Siguiendo el plan, se gestaron sanciones contra PDVSA y se confiscaron activos venezolanos, hasta cortar la capacidad de Venezuela para “exportar sus principales generadores de dinero, el petróleo y el oro“, dijo Pompeo.
"Never Give an Inch is Mr. Pompeo's account of the state of America and the adversaries we face. It is a fascinating read, sensational and at times terrifying. I couldn't put it down." -Ayaan Hirsi Ali @Ayaan, Research Fellow at the Hoover Institutionhttps://t.co/Jyp15YuYyb
— Mike Pompeo (@mikepompeo) January 25, 2023
A confesión de partes…
Las amenazas de integración multipolar entre China, Rusia, Venezuela, Irán y Cuba, percibidas por Washington, y en concreto la gestión republicana de Trump, llevaron a Estados Unidos a tratar de socavar por todas las vías al gobierno Bolivariano.
“A Estados Unidos no le importa cuando los países buscan construir lazos amistosos con otras naciones de nuestra región o incluso competir en igualdad de condiciones económicas. Pero en el espíritu de la Doctrina Monroe, no debemos permitir que China, Rusia e Irán interfieran en los sistemas de las naciones soberanas”, destaca Pompeo en su libro.
Por consiguiente, admite su recetario injerencista de manera campante, dado que “Estados Unidos no debe tolerar que regímenes comunistas y socialistas hostiles, como los de Cuba y Venezuela, corrompan a otros países y los conviertan en bases en el extranjero para los adversarios de Estados Unidos”.
Inclusive acusa a China de destinar 67 mil millones de dólares a Venezuela y con ello fungir como “salvavidas económico para el régimen“.
Guaidó el peón de Washington
Por otra parte, Mike Pompeo habló sin tapujos de la elección de Juan Guaidó como el peón de Washington para poder gestar el derrocamiento de Maduro.
“Reconocimos a un líder opositor de treinta y cinco años relativamente desconocido llamado Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, como presidente interino. Nos arriesgamos”, confiesa Pompeo.
Al tiempo que destaca que fue James Story, embajador de Estados Unidos para Venezuela, quien “hizo magia para ayudar a alinearlos detrás de Guaidó, y tomamos nuestra decisión”.
Tomando en cuenta que la mitad de los partidos en la Asamblea Nacional no reconocían a Guaidó como el líder legítimo del país. Pompeo admitió que era un personaje desconocido, pero que estaba dispuesto a manejar la campaña de desestabilización.
Y con ello aglutinar a unas sesenta naciones para reconocer a Juan Guaidó como “presidente legítimo de Venezuela“.
Adicional a ello, admite su fracaso en utilizar al Grupo de Lima para exigir la renuncia de Maduro. Y afirma que la vía de un golpe de Estado directamente orquestada por la Casa Blanca, no era una opción tan clara, como pintaba el entorno de Guaidó.