El periodista español Pablo González Yagüe, encarcelado en Polonia desde pasado el 28 de febrero, envió una carta a la plataforma #FreePabloGonzález, que organiza actividades de protesta para exigir su libertad y el respeto a sus derechos fundamentales. El propio movimiento comunicó el contenido de la misiva, a través de un hilo de Twitter. Denuncia las duras condiciones en las que pasa sus días en la cárcel de Radom y al mismo tiempo agradece la solidaridad que recibe desde el exterior.
“Por aquí, la verdad, es que pocas novedades; es lo que tiene el aislamiento”, inicia el texto. “La mayor parte del tiempo, estoy bien de ánimo, aunque también hay momentos más bajos. Son ya unos cuantos meses de aislamiento total y pesan“, agrega el comunicador acusado de ser “espía ruso”.
“Supongo que este invierno no tendremos demasiada calefacción. No tienen casi ni parar las escuelas, imagínate las cárceles. He pedido, incluso la embajada española ha pedido, ropa interior térmica. Me han denegado. A cambio, el director ha autorizado darme una manta extra”, relata.
Pablo González cuenta además que “en mi zona las ventanas no se abren, y no hay manera de ventilar; calor en verano y acumulación de vaho (humedad) en invierno”.
Mala alimentación
La mala alimentación también le está pasando factura, asegura #FreePabloGonzález. Tras perder más de 20 kilos, debe utilizar suplementos alimenticios para suplir las carencias. “Me faltan proteínas; las que consumo las compro con el dinero que me ponen de fuera”. Y adiciona, “me faltan muchas vitaminas, así que ahora lucho por poder comprarlas, así como antioxidantes”.
“De todos modos, sigo intentando sacar lo positivo de todo esto (…) En los peores momentos, siempre llegan cartas y la cosa se ilumina”, finaliza.
La plataforma aseguró que en el matasellos de la carta aparece fecha del 10 de noviembre, “aunque sabemos por otras ocasiones que eso no significa que haya sido escrita en esas fechas. Por el contenido podemos deducir que es bastante anterior”.
El movimiento valoró que este primer contacto directo con su familia supone un gran avance respecto al inmovilismo que domina su caso; pero es absolutamente insuficiente en lo que se refiere al respeto de sus derechos más fundamentales.
“Por aquí, la verdad, es que pocas novedades; es lo que tiene el aislamiento”, inicia con un punto ácido. “La mayor parte del tiempo, estoy bien de ánimo, aunque también hay momentos más bajos. Son ya unos cuantos meses de aislamiento total y pesan”, nos cuenta Pablo.
— #FreePabloGonzález (@FreePabloGonz) November 30, 2022
El pasado primero de diciembre se hizo una concentración en apoyo a González delante del Ministerio de Asuntos Exteriores, en la Plaza de la Provincia.
Medio centenar de personas exigen frente al Ministerio de Asuntos Exteriores la libertad de Pablo González: "Apelamos a las instituciones europeas y a las asociaciones europeas de periodistas y alertamos del riesgo de libertad de expresión para garantizar una información libre". pic.twitter.com/9HFVveC8wm
— #FreePabloGonzález (@FreePabloGonz) December 1, 2022
El 14 de septiembre este periodista ya había denunciado: “Apenas tengo contacto con mis familiares y amigos. No se me permite contactar con mis hijos menores de edad. Además, como viven en otro país, en España, y yo estoy detenido en Polonia, sufro una mayor presión psicológica y una mayor sensación de soledad”.
