El Vaticano inauguró este fin de semana el árbol y el Belén de la plaza de San Pedro, inspirado en la laguna de Grado (norte de Italia) y el Nacimiento colocado en el Aula Pablo VI, hecho por artesanos palestinos y donde el niño Jesús descansa sobre una kufiya, el tradicional pañuelo palestino.
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En esta Aula, el auditorio donde se celebran las audiencias y actos vaticanos, se colocó una Sagrada Familia diseñada por dos artistas de Belén: Johny Andonia y Faten Nastas Mitwasi.
Como manda la tradición, desde el 8 de diciembre, los fieles que visiten la plaza de San Pedro ya pueden observar y admirar la decoración natalicia.
A su lado, un Nacimiento que ha sido donado por la localidad de Grado. En esto, trabajaron 40 personas, todos voluntarios, profesionales y artistas, y que ambientado en su ciudad recrea el estilo de vida de los “casoneri”, habitantes tradicionales que vivían en casas de caña flotando sobre la laguna, por lo que la instalación incluirá un dique de 100 metros con agua, barcas y una pequeña playa. Las estatuas tienen la característica de estar realizadas en barro, precisamente de la laguna.
Palestina: La kufiya tradicional
Pero, la característica que más ha llamado la atención del Nacimiento es que el niño Jesús descansa sobre la tradicional kufiya.
¿Qué es y qué significa este pañuelo? La kufiya es una bufanda palestina, y que se ha convertido en uno de los símbolos más reconocibles de la lucha de ese pueblo por su independencia, y usado por quienes apoyan la causa.
De hecho, durante la inauguración de la Natividad, y ante una delegación de la embajada de Palestina ante la Santa Sede, el papa Francisco hizo referencia a que «en la tierra donde nació el Hijo de Dios se sufren por el drama de la guerra».
«Con lágrimas en los ojos elevamos nuestra oración por la paz. ¡No más guerras, no más violencia!», dijo tras ver el Nacimiento. Luego Francisco fue fotografiado en su silla de ruedas y frente al Niño Jesús, envuelto en la kufiya, y orando frente a la imagen.
La cercanía del Papa con Palestina
Para el Vaticano, el acto de utilizar este pañuelo simboliza los deseos de que el conflicto termine en Gaza, que pasará una Navidad más bajo agresiones del régimen de Israel.
Además, no es la primera vez que el Papa defiende a los refugiados y la población en Gaza.
El pasado 25 de noviembre, denunció la «prepotencia del invasor» en Ucrania y en «Palestina», una inusual toma de posición contra la política israelí.
Dicho comentario ocurrió durante un acto conmemorativo por los 40 años del Tratado de Paz entre Chile y Argentina, cuando se refirió a los «numerosos conflictos armados en curso».
«Simplemente menciono dos fracasos de la humanidad hoy: Ucrania y Palestina, donde se sufre, donde la prepotencia del invasor prima sobre el diálogo», dijo el sumo pontífice, una frase improvisada que no figuraba en su discurso inicial.
Una semana antes, Francisco mencionó por primera vez acusaciones de «genocidio» en Gaza apuntando a Israel y pidió una investigación, en un libro a punto de publicarse y del que se difundieron varios fragmentos.
«Lo que está ocurriendo en Gaza, que según algunos expertos parecería tener las características de un genocidio, debería ser investigado con atención para determinar si encuadra en la definición técnica que sostienen juristas y organismos internacionales», estimó el Papa.
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