Esta fue la principal consigna puntuada por la multitud que, en Caracas, participó en la marcha por el Primero de Mayo. El presidente Maduro lanzó la consigna en medio del entusiasmo general, combinándola con el lema ya consolidado: “Leales siempre, traidores nuncia”.
La marcha de este año -dijo el vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello, quien rindió homenaje a la resistencia y a la conciencia de los trabajadores y trabajadoras- fue “una de las más alegres, participativas y emocionantes”. La clase obrera – dijo Diosdado – saben reconocer a sus enemigos, que le han impuesto sufrimientos en todos estos años.
A pesar de las dificultades, a pesar del cerco multifacético del imperialismo, que ha erosionado profundamente el poder adquisitivo de los trabajadores, la clase obrera sigue siendo el motor de la revolución bolivariana. No sólo no ha caído en la trampa del enemigo que quiere romperle la fibra para empujarla a rebelarse contra el gobierno, sino que ha rechazado todo intento de manipulación por parte de aquellos sectores de la oposición que son los principales responsables de las “sanciones” impuestas al pueblo por sus amos occidentales, a quienes repetidamente las habían pedido.
La derecha y los componentes que se consideran más chavistas que Chávez, en los últimos meses habían tratado de llenar la legítima expectativa de los habituales anuncios económico del presidente en el Primero de Mayo, con inferencias y mentiras: para explotar en su beneficio las dificultades creadas. Dificultades impuestas por el bloqueo, que redujo drásticamente los ingresos públicos, pero también por el “saqueo”, que salió a la luz con la megainvestigación por corrupción en los principales ganglios productivos del país, empezando por la estatal petrolera, Pdvsa.
El presidente tocó el tema, escuchando el humor de la calle que, a través de los Consejos Productivos de trabajadores y trabajadoras (CPTT) ha traído propuestas para aumentar el control obrero en la gestión directa de las empresas estatales, pero también para prevenir o detectar los riesgos de corrupción.
El ministro de Trabajo, Francisco Torrealba, ha interpretado las demandas de las bases, que han venido a apoyar una vez más, y de cara a las elecciones de 2024, el primer presidente obrero de Venezuela, que viene de la lucha sindical y por tanto puede entender perfectamente las necesidades de los trabajadores. Y, de hecho, el mandatario recibió y escuchó atento las nueve propuestas presentadas por el presidente de la Central Bolivariana Socialista de Trabajadores y Trabajadoras, Wills Rangel.
Pero, antes, dio cuenta de un nuevo atropello cometido por la administración estadounidense, y dado a conocer con un comunicado en el que se anuncia la subasta de la CITGO. Se trata del mayor activo de Venezuela en el extranjero, secuestrado por los EE.UU. por medio y ganancia de la banda de “autoproclamados”. Citgo, con sede en Houston, es el séptimo refinador más grande de Estados Unidos. Tiene plantas en Luisiana, Illinois y Texas y oleoductos y una red de distribución de gasolina que abastece a 4.200 puntos de venta en la mitad este de Estados Unidos. La petrolera reportó una ganancia récord de US$2.800 millones el año pasado y podría valorarse en US$13.000 millones.
Dinero robado al pueblo a lo que no se le paga lo debido desde hace al menos cuatro años -dijo el mandatario- calificando de “repugnante” la decisión de EE.UU. de poner ahora a Citgo a merced de “desconocidos”, y de la Plataforma Unitaria, nacida de la antigua Asamblea Nacional de 2015: “ratas cobardes que huyeron al exterior, como lo hicieron el 30 de abril de 2019”.
En este momento, Leopoldo López y Juan Guaidó intentaron un golpe de opereta en el Distribuidor Altamira, pero fueron desenmascarados y burlados por el pueblo, en unión cívico-militar y policial, recordó Maduro: “Fueron derrotados y seguirán siendo derrotados”, dijo el mandatario al recordar otro Primero de Mayo importante para la tranquilidad de la nación: el de 2018 cuando, tras meses de violencia en las calles del fascismo venezolano (las guarimbas), la dirigencia chavista tomó la decisión de recurrir a “el poder fundacional del pueblo, el poder originario”. Maduro pidió entonces ayuda a los trabajadores para convocar a la Asamblea Nacional Constituyente. Con esa propuesta logró devolver la paz al país, quitándoles el agua a los tiburones y obligándolos a inventar otras estrategias.
Ahora, el presidente pide a la clase obrera que “rechace en las calles” la arrogancia norteamericana, decidida a pesar que “en la conferencia de Bogotá, casi todos los países presentes han pedido a Biden levantar las sanciones a Venezuela”. Y la marea roja grita: “El pueblo, arrecho, pide su derecho”, mientras se ven los carteles del movimiento Free Alex Saab, que piden la libertad del diplomático venezolano, secuestrado y deportado a Estados Unidos en desprecio de la Convención de Viena. En la conferencia de Bogotá, se ha vuelto a pedir la liberación de Saab como punto irrenunciable por retomar la negociación entre el gobierno chavista y la oposición extremista.
Había mucha expectativa por los anuncios del presidente, habituales en esta ocasión. Por sólito, se trataba de aumentos salariales, pronto borrados por la acción especulativa inducida, como parte de la guerra contra la moneda. Esta vez, el presidente hizo suyas las 9 propuestas del sindicato, nacidas de la discusión con la base, sometiéndolas a la aprobación de la plaza, que hubo. Se ha aumentado a 20 dólares el bono contra la Guerra Económica 2023 es decir, alrededor de 494,60 bolívares. El monto está indexado. Además, Maduro aprobó un aumento al Cestaticket de 40 dólares, que al cambio sería unos 900 bolívares.
La vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, respondió a un otro pedido de los trabajadores, ya dirigido el año pasado al presidente. “Mientras tanto, hemos trabajado – dijo – y explicó que para agosto ya estará en funcionamiento el Banco Digital de la clase trabajadora, que servirá para apoyar a la Caja de ahorros para todos los recursos necesarios y actividades crediticias”.
Compromiso asumido también por el presidente del Parlamento, Jorge Rodríguez, respecto a otro punto puesto por los sindicatos: la modificación de la ley que regula el Banco Nacional de vivienda, del cual los trabajadores piden ser parte con una comisión de control especial. La Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV) entrega 500.000 viviendas cada año, pero los trabajadore piden normas para agilizar sus trámites y crear canales directos. El presidente del Parlamento se comprometió a comenzar pronto a discutir con los diputados y diputadas: “Creo que en un mes y medio – prometió – podremos terminar todo”.
El Parlamento también tendrá la tarea de discutir la puesta en marcha de una reforma tributaria que, como han pedido los trabajadores, haga que los impuestos se paguen en proporción a los ingresos “y obligue al capital holigopolítico nacional e internacional a pagar al Estado en función de sus ganancias”, dijo el mandatario. El presidente se comprometió entonces con los trabajadores “a hacer un mayor esfuerzo para reparar todas las instituciones del seguro social y la infraestructura de salud de las grandes empresas en manos del Estado, construyendo el primer paso de un sistema público nacional de salud”.
Para ello, Maduro apeló a las Bricomiles, Las Brigadas Comunitarias Militares para la Educación y la Salud, creadas para esta tarea. La Bricomiles tienen que poner en marcha un plan extraordinario para proteger la salud de la clase obrera. Además, se acordó crear, tal y como pedían los sindicatos, una comisión nacional de alto nivel para una nueva convención colectiva del sector público, “para adaptarla a la nueva etapa de plena recuperación salarial”.
Hay que volver –dijo el mandatario– a los años del Comandante, cuando Venezuela tenía el salario más alto de América Latina. También recordó aquel Primero de Mayo de 2012 cuando Chávez, ya aquejado de la enfermedad que se lo habría llevado en marzo del año siguiente, firmó la Nueva Ley Orgánica del Trabajo, de los Trabajadores y Trabajadoras (LOTTT).
“No existe ley alguna que haya sido tan debatida como ésta – dijo el Comandante -. Tenemos una ley para la historia, producto de un largo proceso de lucha”. Una ley con el que se recuperaron para la clase trabajadora las conquistas socioeconómicas arrebatadas durante la Cuarta República. El texto fue elaborado con base a casi 20 mil propuestas recibidas por la comisión presidencial para la discusión de la Ley, siendo el 90% proveniente de las clases trabajadoras del país.
Y ahora que las condiciones han cambiado y que la clase trabajadora está pagando los costos de una mezcla perversa de “bloqueo y saqueo”, en el mismo espíritu, Maduro también ha aprobado otra medida importante. Puso a disposición del pueblo una macolla de 50 pozos de petróleo altamente productivos del Estado Monaga, cuyos ingresos compensarán mensualmente parte de las pérdidas de poder adquisitivo de los trabajadores.
La riqueza petrolera de Venezuela es del pueblo, dijo el mandatario al saludar “el día del proletariado”, el sacrificio de aquellos trabajadores que murieron en la revuelta de Chicago, el 1° de mayo de 1886, y el camino necesario hacia el socialismo del cual la clase obrera es la vanguardia.
Nel paquete aprobado, también está la transferencia del Instituto Nacional de Capacitación y Educación Socialista (Inces) de las dependencias del Ministerio de Educación, como es actualmente, al Ministerio de Trabajo, para que el instituto dé un nuevo impulso a la formación.
“Trabajo en equipo, victoria segura”. La marea roja repite, convencida, la entrega, renovando la confianza a su presidente. Un Primero de Mayo muy diferente al que pasaron los trabajadores en lucha en algunos países europeos donde las clases populares protestan por los costos de la crisis y del conflicto en Ucrania. En algunos países, como Portugal, España, Grecia, Alemania y Francia, las manifestaciones por los salarios o contra el aumento del coste de la vida y la falta de servicios, están adquiriendo una connotación abiertamente política, y no solo reivindicativas.
Al menos 291 personas han sido detenidas en toda Francia, en el marco de las movilizaciones por el Día del Trabajador, que ha congregado a unas 782.000 personas. En París se han producido enfrentamientos entre la policía y los manifestantes que expresan desde hace meses su firme rechazo a la reforma de las pensiones. Una reforma deseada por el presidente Emmanuel Macron sobre la base de los dictados de la Unión Europea, ya aplicada a los pueblos de otros países: por ejemplo en Italia, donde ha pasado una reforma peor que la francesa.
En Italia, el gobierno de Meloni -un gobierno de derecha, dominado por un partido heredero del fascismo, los Hermanos de Italia, del que proviene Meloni – está imponiendo descaradamente los intereses de las clases dominantes a los trabajadores y a los más pobres. Para contrarrestarlo, no existe una fuerza política capaz de catalizar la ira popular en una propuesta de cambio estructural.
Hay, sin embargo, algunas buenas señales, como la última manifestación antirracista, convocada por sindicatos de base, organizaciones de inmigrantes y asociaciones antirracistas, y por colectivos, con el lema: “Fascismo, racismo, explotación: no en nuestra piel”.
Una marcha que juntó la lucha por los derechos de los migrantes, la lucha contra el gobierno de Meloni y sus políticas xenófobas, a la lucha antiimperialista. Por el 1° de Mayo, representantes de los trabajadores migrantes en Italia -colombianos, ecuatorianos, filipinos, bangladesíes- acompañaron las banderas de lucha del pueblo peruano, duramente reprimido por el gobierno golpista de Dina Bolouarte.
