La historia reciente de Guyana se entrelaza con la instalación de la petrolera estadounidense ExxonMobil en su territorio y su impacto en las políticas gubernamentales.
La llegada de ExxonMobil a Guyana para llevar a cabo exploraciones petrolíferas en aguas guyanesas y en aquellas pendientes por delimitar, incluidas las que por historia le pertenecen a Venezuela, marcó un punto de inflexión.
Con el descubrimiento en 2015 de vastas reservas de crudo, especialmente en territorio Esequibo, el Gobierno de Guyana se vio seducido por la promesa de riqueza petrolera y prácticamente ha sido comprado por la ExxonMobil.
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Amenaza para la región
Lo que una vez se pensó que era un país de y para guyaneses, parece haberse metamorfoseado en una entidad dominada por los intereses de ExxonMobil. Convirtiéndose así, en una suerte de “Estado disfrazado”.
Este es un fenómeno que está transformando la identidad misma de esta nación sudamericana y que amenaza a toda la región.
En junio pasado, un artículo publicado por The Intercept, titulado “Cómo Exxon conquistó un país sin disparar un tiro”, reveló los riesgos que supone, no solo para los guyaneses, sino para sus vecinos, la irrupción de esta petrolera estadounidense.
Extracto íntegro del artículo
Esto se debe a que el proyecto de perforación de Exxon en Guyana es de los más arriesgados: perforaciones marinas en aguas profundas, que implican una intensa presión sobre equipos complejos. Las condiciones son similares a las que precedieron a la explosión de la plataforma Deepwater Horizon en 2010, que vertió petróleo y gas por todo el Golfo de México y costó 69.000 millones de dólares a BP.
Las propias evaluaciones de impacto ambiental de Exxon indican que un desastre de este tipo en Guyana podría enviar petróleo a las playas de 14 islas caribeñas diferentes, la mayoría de las cuales dependen de la pesca y el turismo.
Y esta es solo una de las razones por las cuales la región debería sentirse en amenaza. Hay que tener en cuenta que en Guyana también se ha instalado el Comando Sur. Su presencia, amenaza la paz de la zona, en esa apuesta incesante de Estados Unidos de hacerse con los recursos naturales de otros.
¡Vienen por el petróleo!
Decir que a una petrolera estadounidense solo le gusta el petróleo, sería algo redundante. Sin embargo, en el caso particular de Guyana, es importante realzarlo. Y es que a los guyaneses a través de una campaña de manipulación se les ha vendido la llegada de la petrolera ExxonMobil como la salvación y/o la apuesta para el desarrollo de TODOS.
Recordemos que a finales del mes pasado, en lo que Venezuela calificó como un “show mediático”, el presidente de Guyana, Irfaan Ali, vestido de militar, inauguró en el Esequibo una feria donde prometió millonarias inversiones para el desarrollo del territorio.
En ese contexto, es relevante destacar que la petrolera ExxonMobil no quiere el desarrollo del pueblo, como el presidente de Guyana lo vendió en “el show” que armó en el Esequibo.
Esto no lo dice un “chavista”, un funcionario del Gobierno de Nicolás Maduro, ni mucho menos un “venezolano alieanado”, esto lo dicen personas que ha trabajado para estas grandes petroleras.
En este caso, es el testimonio fiel de una guyanesa, que trabajó por años para la petrolera británica BP, citada por The Intercept.
“Creo que a veces la gente no se da cuenta de que el objetivo de una empresa petrolera es ganar dinero, y que no tienen otro objetivo (…) No están ahí para promover los derechos humanos. No están ahí para proteger el medio ambiente. Están ahí para subir el precio de las acciones y dar grandes dividendos a sus accionistas (…) Son muy buenos en lo que hacen, y son muy buenos, contándole a la gente una historia sobre lo beneficiosos que son para el mundo”
Melinda Janki, abogada guyanesa que ha estado trabajando para detener la extracción de petróleo en su país.
Lobby inició con un torneo de críquet
Luego de que en 2015, ExxonMobil anunció que había encontrado petróleo, abrió la chequera. No solo para comprar al Gobierno de Guyana, sino a la ciudadanía en general. De acuerdo al artículo de The Intercept, las primeras grandes inversiones públicas de Exxon en Guyana iniciaron con el patrocinio de la Caribbean Premier League, un popular torneo regional de críquet.
Importante
Para Guyana, el críquet es como para Venezuela es el béisbol o como para Argentina es el fútbol.
Esta primera inyección de dinero, también ayudó a que los partidos de críquet se retransmitieran por televisión. Tras esto, los guyaneses empezaron a “rezarle” a ExxonMobil.
“Cuando paseabas por la calle, oías a todos los guyaneses decir: ¡Gracias a Dios por Exxon! Si no fuera por Exxon, nunca habríamos podido ver el críquet en directo por televisión”. Así lo dijo a The Intercept, Glenn Lall, editor de un periódico local, Kaieteur News. “¿Ves lo peligroso que es eso?”, añadió.
Asimismo, el artículo revela que tanto la petrolera estadounidense como el Gobierno de Guyana, contrataron a periodistas que trabajaban en el tema del petróleo y el gas para que abandonaran los periódicos del país. El objetivo de toda esa movida era para que se dedicaran a las relaciones públicas de las empresas y a las redacciones estatales. A cambio, recibían un gran aumento de sueldo, un título elevado y un carro gratis.
El patrocinio de eventos deportivos, la contratación de periodistas y el control de la cobertura mediática son solo algunos ejemplos de cómo la petrolera ExxonMobil ha hecho lobby en Guyana. El fin último, instalarse en un territorio que está pendiente de delimitar, solo con el simple objetivo de extraer todas sus riquezas.
Rosmari Marcano – Venezuela News
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