La morsa Freya, un mamífero que apareció en un puerto de Oslo en Noruega fue sacrificada este fin de semana. Conocida por la población, desde el pasado mes de julio se había convertido en la favorita de muchos.
Sin embargo, este domingo murió luego de que las autoridades consideraran que era una amenaza para la seguridad humana.
“La decisión de sacrificarla se tomó sobre la base de una evaluación global de la amenaza que suponía para la seguridad humana”, dijo Frank Bakke-Jensen, responsable de la Dirección noruega de Pesca.
Según Bakke-Jensen, la salud de la morsa, de 5 años, se había deteriorado en las últimas semanas y sufría de estrés, por lo que moverla a otro sitio tampoco era viable.
Quién era la morsa Freya
Fue bautizada por los habitantes de Oslo con el nombre de Freya, en honor a una diosa del amor y la belleza de la mitología nórdica.
Pesaba 600 kilos y se alimenta sobre todo de invertebrados como moluscos, gambas, cangrejos y pequeños peces.
Freya se había convertido en una atracción por dormir encima de los botes del puerto hasta por 20 horas y hacer que se hundieran.
Sin embargo, varios expertos denunciaron que la decisión de sacrificarla no responde al bienestar de la morsa.
“Es bastante chocante. Era una situación para mostrar consideración por los animales salvajes”, dijo Siri Martinsen, portavoz de la asociación por la protección de los animales Noah.