Alina Lipp es una joven periodista independiente alemana de 28 años de edad. Hace seis meses llegó a Donetsk para cubrir lo que ocurre en la región del Donbas, al este de Ucrania. Su decisión no agradó al gobierno de su país, así que recibió notificación de que en su contra se había abierto una investigación penal. Su registro audiovisual fue censurado en Internet, sus redes boicoteadas y sus cuentas bancarias bloqueadas. En nuestra cobertura especial, coincidimos con ella y le entrevistamos en exclusiva sobre su experiencia y la persecución política de la que está siendo víctima.
Lipp explica que llegó a la ciudad de Donetsk “porque en los últimos dos años me he dedicado a desarrollar la amistad entre los pueblos de Rusia y Alemania”. “Pero ahora este conflicto aquí es un punto central de enfrentamiento. Y yo tengo el sentimiento de que era necesario estar aquí para hacer cobertura y que ambos países puedan alcanzar de nuevo la cooperación”, agrega.
Narra que tras su estadía en Donetsk pudo constatar que “el ejército ucraniano en los últimos ocho años había bombardeado a gente civil”. “Yo misma antes pensaba que era un conflicto entre militares; pero en realidad los militares ucranianos estaban matando a civiles. Esto me chocó y no se sabe nada al respecto en occidente. Por eso intento cambiarlo”, suma.
“Me gustaría decir que acá hay un genocidio”, denuncia sin cortapisas. Agrega que “no solo se matan personas sino también se está exterminando la cultura durante los últimos ocho años”. “Ucrania hace todos los esfuerzos posibles para matar a la cultura rusa, en los aspectos del idioma, la música. No importa la cantidad de personas fallecidas hasta que sean millones”.
Silencio mediático
Alina Lipp asegura que comunica a través de su canal de Telegram, ante la falta de información veraz en el mundo occidental. “Rápidamente los medios de comunicación alemanes empezaron a atacarme con malos comentarios y luego las autoridades se me opusieron. Me cerraron todas las cuentas bancarias y me abrieron un caso penal. No obstante, los propios alemanes me escriben mucho y me dan gracias por ayudarles a abrir los ojos sobre el conflicto, como única fuente de información”.
Lipp cuestiona que los medios de comunicación occidentales silencien la verdad de Donbas. “Específicamente en este momento en que bombardean Donetsk y todos los días mueren personas, en occidente no dan comentarios al respecto. Solo dan la información proveniente de la parte ucraniana, diciendo totalmente lo contrario. Nosotros que estamos aquí no entendemos cómo esto es posible”, dice.
A su juicio, hay que salirle al paso a la censura. “Mientras más medios de comunicación cubran este conflicto, las autoridades y los medios de propaganda occidentales reducirán la capacidad de seguir imponiendo sus matrices y mantener el silencio”. “Hay que ser más valientes para venir hasta acá y grabar. Esto es lo que permitirá romper el bloqueo informativo”, recomienda Alina Lipp.
Resume lo que ocurre en Donbas como un conflicto entre Rusia y occidente. “Acá se está definiendo la agenda mundial”, analiza.
“Es muy peligroso que en occidente siguen pensando que en Ucrania no hay problemas de nazismo. Y resulta que muchos países de occidente apoyan al régimen nazi. Es el caso de Alemania, donde hay una rusofobia muy fuerte. Esto al final puede terminar muy mal”.
Alina Lipp define al presidente ucraniano Vladímir Zelensky como un tipo “controlado y débil”, que “cumple con lo que se le ordena”. “De hecho, no es político sino comediante profesional. Fede mi punto de vista es un actor”.
Finalmente, esta joven comunicadora envió un saludo a “nuestros amigos venezolanos. Me alegra mucho que hayan venido hasta acá a hacer cobertura”.
