Una de las heridas más profundas que han ocasionado las políticas de asfixia económica aplicadas contra nuestro país, ha sido el éxodo de venezolanos. Quizás por tratarse de un fenómeno poco común en la historia contemporánea, el impacto emocional y psicológico ha sido todavía mayor. De ser un receptor masivo de inmigrantes de todas partes del mundo, la nación se convirtió de pronto en una fuente de compatriotas que se marchan hacia distintos destinos. Pero lo más duro de esta experiencia no ha sido únicamente el dolor natural ante la partida de uno (o varios) seres queridos, sino también la angustia frente a las oleadas de xenofobia desatadas contra connacionales en tierras extranjeras.
Lo más insólito de este proceso es que dirigentes de la oposición venezolana, como el señor Julio Borges, se contaron entre los primeros en promover este odio irracional contra nuestros hermanos. “Ese problema migratorio, que ya es un problema de la región, se ve acompañado con otros problemas como crimen organizado, militarismo, paramilitarismo, tráfico de drogas e incluso el tema del terrorismo. De manera que Venezuela hoy es el foco de la inestabilidad. Y es el foco de todo lo que significa la degradación social, que puede ser una enfermedad contagiosa en toda América Latina”, así declaraba Borges a inicios de 2017.
Vecinos xenofóbicos
Para esa fecha (inicios de 2017), el exparlamentario por Primero Justicia (PJ), fungía como presidente de la Asamblea Nacional (AN); y se había convertido en uno de los arietes de las fuerzas que solicitaban “sanciones” o una intervención militar extranjera contra el país. Básicamente, Borges metía a todos los venezolanos migrantes en un mismo saco. Calificando de manera irresponsables a sus compatriotas como una plaga, que debía evitarse a toda costa.
No puede sorprender tampoco como algunos dirigentes políticos en cargos gubernamentales de países vecinos, rápidamente se hicieron eco de las declaraciones xenófobas de Borges. Fue el caso de la ex alcaldesa de Bogotá, Claudia López, quien reiteradamente emitió pronunciamientos ofensivos contra el gentilicio venezolano. También arremetió contra los migrantes criollos el entonces presidente de Ecuador, Lenin Moreno.
Odios irracionales
“Les hemos abierto las puertas [aludiendo a los venezolanos asentados en Ecuador], pero no sacrificaremos la seguridad de nadie”. De hecho, Moreno ordenó la conformación de brigadas especialmente destinadas a controlar a migrantes de origen venezolano, en calles, lugares de trabajo y fronteras. Cualquier parecido con el apartheid no es pura coincidencia.
El entonces presidente de Colombia, Iván Duque, como enconado enemigo de la patria de Bolívar, tampoco perdió ocasión para hacer declaraciones desafortunadas. Este señor llegó al exabrupto de afirmar que excluiría del proceso de vacunación masiva contra la covid-19 a los venezolanos que se encontraran en condición irregular en su país.
Caminos tortuosos
Por fortuna los tiempos y varios de gobiernos de la región han cambiado un poco favorablemente. Especialmente, en el caso de Colombia con Gustavo Petro, al frente del Palacio de Nariño. Sin embargo, muchos connacionales siguen soportando los horrores del odio irracional, así como ataques de xenofobia. Uno de los episodios más dantescos, fue la reciente masacre de Texas, ocurrida el pasado domingo 07 de mayo de 2023, frente al Centro Ozanam. Allí perdieron la vida ocho compatriotas.
Todo sucedió cuando un grupo de venezolanos se encontraba en la parada de autobús, frente a un albergue de acogida de personas sin hogar y migrantes, ubicado en Brownsville (Texas). De pronto, un sujeto arremetió contra las personas a toda velocidad, provocando un arrollamiento masivo. Ocho connacionales fallecieron en el acto y se contabilizaron al menos 10 heridos. El responsable de esta tragedia fue, George Álvarez, un sujeto de origen mexicano, radicado en Texas, con un amplio prontuario policial.
Otros ataques
De acuerdo con versiones de algunos de los testigos del hecho, Álvarez habría gritado insultos xenófobos contra los venezolanos. Lo que hace pensar que se trató de otro crimen de odio, promovido por la ola xenofobia contra venezolanos en el exterior. El homicida trató de huir, pero las personas que estaban en el lugar lograron apresarlo, hasta que llegaron los cuerpos de seguridad.
Las imágenes del suceso son desgarradoras. Imposible no conmoverse frente a este crimen de odio contra venezolanos inocentes. Por desgracia, no se trata de un hecho aislado, a lo largo de estos años se tiene registro de diversos acontecimientos lamentables.
Han sido alarmantes las expresiones de xenofobia y discriminación contra venezolanos en Perú. Como apunta el sociólogo venezolano Luis Ernesto Navas, la marcha xenófoba realizada por un grupo de personas en contra de los inmigrantes venezolanos marcó un hito. Especialmente, por ser transmitida en vivo a través de plataformas digitales y justificada en el asesinato de un peruano en Colombia, presuntamente a manos de un ciudadano de nacionalidad venezolana. Asimismo, la sede de la Embajada de Venezuela fue atacada con objetos contundentes, rompiendo ventanales y causando daños materiales en sus instalaciones (incendio de la señalética consular, entre otros).
Más atropellos
Otro suceso repudiable se registró en el municipio brasileño de Pacaraima, en el estado de Roraima, en 2018. “Allí un grupo de manifestantes obligó a unas mil doscientas personas venezolanas a cruzar la frontera de regreso a Venezuela, además de quemar sus pertenencias y destruir el campamento donde se alojaban”. Todo debido a supuestos hechos delictivos cometidos por venezolanos. Como indica Navas, en estos casos ya no estamos hablando sólo de opiniones inofensivas, “sino ante verdaderas amenazas a la vida y la integridad personal de migrantes”.
Abundan los casos de algunos países de la región, donde los servicios de salud le han sido negados a migrantes venezolanos. Incluso en tiempos de pandemia. Navas advierte que muchas personas no han recibido el mismo trato que los nacionales del país de destino. Eso “constituye actos de discriminación y xenofobia”. Además se tiene registro de un fenómeno aún más grave, como son los feminicidios de venezolanas en una buena parte de los países de América Latina. Esto, según Navas, podría dar lugar también a la categoría de feminicidios xenofóbicos.
Vuelta a la patria
En paralelo a la masacre de Texas, se tiene registro de que actualmente, al menos 100 venezolanos estuvieron varados en la frontera entre Chile y Perú. Esto porque las autoridades peruanas denegaron el paso de los connacionales hacia la ciudad de Tacna (Perú, frontera con Chile). Estas personas pudieron regresar a Venezuela, gracias al Plan Vuelta a la Patria implementado por las autoridades del gobierno nacional. Sin embargo, desde Chile se han endurecido los controles migratorios, lo que ha afectado a otros compatriotas en condiciones similares.
El Jefe de Estado venezolano, Nicolás Maduro, creó en agosto de 2018 este Plan Vuelta a la Patria. Así se busca garantizar el retorno voluntario y seguro de los connacionales. A la fecha, 30 mil venezolanos han regresado a su patria procedentes de 25 países, en alrededor de 180 vuelos y un traslado marítimo. Como afirman las autoridades, todas estas personas fueron víctimas de migración inducida por las más de 900 medidas coercitivas y unilaterales impuestas al país por Estados Unidos.
Para reflexionar
Los rigores del mal llamado bloqueo nos han sometido a una dura prueba. El desprecio con que han sido tratados nuestros connacionales no pareciera ser una manifestación espontánea. Más bien da la impresión de que se trata de un plan más elaborado. Esto para acrecentar el malestar y la desesperanza generados por las “sanciones económicas”.
Esta situación ocurre a pesar de que la Declaración y Programa de Acción de Durban condena de forma taxativa estos actos. Al igual que el plan de la comunidad internacional para adoptar medidas en la lucha contra el racismo y suscrito en consenso (durante la Conferencia Mundial de Naciones Unidas de 2001 contra el Racismo, Discriminación Racial, Xenofobia y Formas Conexas de Intolerancia). Allí se estableció que los Estados son los principales depositarios de la responsabilidad de luchar contra el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y demás formas conexas de intolerancia. Igualmente, se deben elaborar planes nacionales e integrales de acción para impedir cualquier manifestación de violencia de este tipo.
Manejo de símbolos
Adicionalmente, se ha denunciado que alguna de las personas que han tomado la decisión de abandonar el país, lo han hecho bajo el influjo de matrices y campañas de información tóxica. “Creemos que, así como existe un teatro de operaciones de guerra territorial y de guerra económica, hay un teatro de operaciones que funciona en lo simbólico y en los psicológico comunicacional y cultural”, señala la parlamentaria del Bloque de la Patria, Tania Díaz.
Para Díaz es imperativo que desde la AN se investigue ese teatro de operaciones de guerra psicológica o de propaganda de guerra. Esto se aplicado “a la población venezolana para inducir la migración masiva”, sostiene. Además, aboga por que se investiguen los atropellos contra migrantes.
Ciertamente, los crímenes de odio contra venezolanos en el exterior, resultan particularmente dolorosos en un país tan plural como Venezuela. La dura experiencia de estos años tiene que servir para impulsar una mayor reciprocidad, especialmente entre las naciones del subcontinente. La diplomacia de paz que se impulsa desde Miraflores, también debe ser garantía de respeto y solidaridad hacia todos los venezolanos. Es un aspecto vital, para que la xenofobia no siga ocasionando tragedias.
