Si existe un organismo altamente desprestigiado en el mundo globalizado e hiperconectado de hoy día, ese es la Administración de Control de Drogas (DEA, por su sigla en inglés). A casi cinco décadas de su creación, las trampas de la DEA y sus prácticas nada angelicales han trascendido en diversos espacios de la opinión pública internacional.
Medio siglo después de su rimbombante lanzamiento, existen datos contundentes que hacen imposible creerse la leyenda que acompañó a su nacimiento. Palabras más, palabras menos, este ejército nacía como el brazo armado norteamericano, en su “lucha global” contra el narcotráfico.
Sin embargo, la DEA creada bajo administración de un presidente también muy desprestigiado como el tristemente célebre Richard Nixon, ha sido peor remedio que la misma enfermedad. Al día de hoy el consumo, las muertes y las ganancias exorbitantes de esta economía subterránea dejan al descubierto un rotundo fracaso.
Otras motivaciones
El brillante intelectual estadounidense Noam Chomsky lleva tiempo advirtiéndolo. Para él, la guerra como el narco no pasa de ser una estratagema, para encubrir otras motivaciones. En su libro “El control de nuestras vidas”, deja claro que la mejor estrategia contra el consumo no es la prohibición, sino el tratamiento y la prevención. Y cita como ejemplo: “No hubo que proscribir el tabaco para lograr la reducción en su uso; es el resultado de los cambios culturales y educativos”.
De manera que con este particular modo de enfrentar el problema, lo que se pretendía reducir (que es el consumo y el tráfico ilícito) no ha parado de crecer. Más bien el sistema de control internacional no cesa de incentivar grupos violentos en todo el mundo.
A la sombra del narco florecen paramilitares, pandillas, así como políticos, policías, militares, funcionarios y empresarios corruptos, por doquier. De acuerdo con datos recabados por el periodista de investigación, Guillermo Garat, el sistema financiero controla ganancias anuales, estimadas por última vez en 2009, en 84 mil millones de dólares. Una cifra casi igual a las ganancias de Bill Gates en 2016.
Fracaso rotundo
Por otro lado, las personas que consumen alguna sustancia ilícita se han incrementado a 300 millones de personas, entre 2009 y 2017. Y sigue siendo Estados Unidos el país con mayores tasas de consumo mundial.
Y por si fuera poco los países de donde ha sido expulsada la DEA como es el caso Bolivia y Venezuela, han visto como se ha hecho más eficiente la lucha contra los narcóticos. Mientras que en Perú y Colombia, donde la DEA sigue interviniendo, no para de crecer la producción y el tráfico ilegal.
Entonces, no es nada descabellado pensar que detrás de una motivación principalmente económica (ganancias anuales exorbitantes), se esconden también intereses políticos. Así EEUU, autoproclamado como gendarme del mundo, emite inmorales certificados de aprobación y desaprobación.
No obstante, el destacado historiador venezolano Vladimir Acosta, resume con agudeza las verdaderas intenciones de EEUU, en su magistral libro “El monstruo y sus entrañas”:
“Y con el pretexto de evitar el tráfico de droga (en realidad para controlarlo mejor) los llevó a meter más a la corrompida DEA en la política de nuestros ya sometidos países. Pero ocurría (y sigue ocurriendo) que los Estados Unidos se beneficiaban (y se benefician) del negocio de la droga por ser el principal consumidor de ésta y por tener a sus bancos implicados en el lavado y blanqueo del dinero que la droga produce”, sostiene Acosta.
Trampas y artimañas
Y el largo expediente de la DEA para intervenir países, tiene uno de sus capítulos más sangrientos con el ex dictador de Panamá, Manuel Antonio Noriega. A quien tan solo dos años antes de la invasión contra el país del Istmo, la propia DEA le dedicaba elogios.
“Querido General Noriega. Una vez más la DEA estadunidense y las fuerzas de la ley panameñas han unido esfuerzos para golpear duramente a la plaga de los traficantes de droga. (…) Su compromiso personal con la Operación y la competencia, profesionalismo e incansables esfuerzos de los oficiales a su cargo en la República de Panamá fueron esenciales para la positiva conclusión de esta investigación”.
Como es sabido, luego el gobierno estadunidense invadió Panamá para arrestar a quien por años fue informante de la CIA. A Noriega se le acusó de usar, entre 1981 y 1986, una red militar y empresarial para proteger cargamentos con más de 4 mil 400 libras de cocaína con destino a Estados Unidos.
La historia de Noriega engruesa una larga lista de aliados, usados a conveniencia y luego caídos en desgracia como Sadam Hussein y Osama Ben Laden, entre muchos. Y también deja al descubierto las descaradas trampas de la DEA y sus bajas artimañas.
Expediente negro
A la luz de este historial delictivo, no puede ser creíble la más reciente denuncia de la DEA. Según este organismo el diplomático y empresario venezolano, Alex Saab, era un “informante” del desprestigiado ente.
El periodista venezolano Clodovaldo Hernández se ha referido al tema. Según él todo indica que estamos frente a otra de las trampas de la DEA, en su afán de dominar el mundo.
“Una variante de este modelo es la que han optado por usar ahora contra el representante diplomático venezolano Alex Saab. Como no han logrado doblegarlo para que ofrezca testimonios a la medida de sus planes para dominar al mundo (en este caso, a la República Bolivariana de Venezuela), han decidido decir que era informante de la DEA para “rayarlo” ante quienes lo respaldan. En otras palabras, dicen que es un tipo tan delincuente que hasta era soplón nuestro”, explica Hernández.
Costuras a la vista
Por otro lado, la esposa del diplomático venezolano secuestrado en EEUU, Camilla Fabri, ha salido al paso de las falsas acusaciones. “El único propósito de las reuniones con el Departamento de Justicia y los agentes de las fuerzas del orden público de Estados Unidos era confirmar que ni él ni las empresas asociadas con él habían hecho nada malo“.
Las costuras de esta burda mentira se ven por todos lados. Si Saab había sido un informante de la DEA, cómo es que el gobierno norteamericano movilizó un costoso buque de guerra de la Armada estadounidense frente a Cabo Verde.
Es claro que el único objetivo era:
Garantizar que el diplomático venezolano Alex Saab permaneciera secuestrado en este país de África Occidental y con ello «castigar» al presidente Nicolás Maduro. Así se desprende de un artículo de The New York Times.
Pero además los informantes de la DEA gozan de visa. Y como ha aclarado el hermano del diplomático venezolano, Luis Saab Morán, el empresario desde hace 30 años no pisaba Estados Unidos, ni tiene negocios en esa nación.
«Los informantes de la DEA gozan de visa y él [Embajador Alex Saab] hace 30 años no pisa EEUU, ni tiene residencia, ni tampoco tiene negocios en ese país”. Así lo enfatizó Luis Saab Morán, hermano del #DiplomaticoDelPueblo Alex Saab en teleSURhttps://t.co/4eYshYWhUI
— Lucía Eugenia Córdova (@luciaeugenia) February 23, 2022
Sin pruebas
Las artimañas de la DEA quedan más al denudo con las declaraciones de Eddy Pinto, este sí agente infiltrado, quien trató de extorsionar a Alex Saab. Y que, sin embargo, reconoce que se trata de un caso amañado y mal fundamentado.
Sobre las trampas de la DEA y sus acciones nada transparentes también resultan concluyentes, las investigaciones y escritos del periodista español, Fernando Casado. Este comunicador revela los tentáculos entre los organismos de poder (DEA) y la mediática internacional. Y cómo se han lanzado acusaciones contra altos personeros del gobierno bolivariano sin presentar ningún tipo de pruebas.
Solo se puede concluir que si la DEA dice que sí, en realidad es que no y viceversa.
Oiga declaraciones de Eddy Pinto, agente de la DEA infiltrado en la Policía de Colombia que extorsionó al diplomático Alex Saab. Reconoce que el caso Alex NO está bien fundamentado#SolidaridadConSaab porque todo es un montaje con claros intereses políticos pic.twitter.com/eY9QJw0Lcv
— Lucía Eugenia Córdova (@luciaeugenia) February 21, 2022