Aún quedan muchos asuntos por resolver, pero el triunfo de Gustavo Petro ha supuesto una verdadera oxigenación de las relaciones binacionales entre Colombia y Venezuela. Tanto que podemos afirmar que ambas naciones están hermanadas nuevamente. En especial, si efectuamos un balance sobre la base del desastroso desempeño del uribismo, encarnado en el expresidente colombiano Iván Duque.
Y es que las relaciones diplomáticas siempre tuvieron sus picos de dificultades, pero nunca se había llegado a un punto muerto como el alcanzado con Duque. El ex mandatario colombiano no sólo apoyó activamente la maniobra de un presidente inexistente como Guaidó, sino que puso a la orden el territorio de su país para conspirar abiertamente contra las autoridades venezolanas (Operación Gedeón, Batalla de los puentes, contrabando de extracción, abierto saboteo contra la moneda venezolana, saqueo de Monómeros y un largo etc.). En medio de una política de agresión tan sistematizada era evidente que Colombia y Venezuela lejos estaban de la hermandad.
Ruptura total
Como era de esperarse el saldo de semejante política tuvo efectos demoledores: xenofobia contra venezolanos migrantes, comercio binacional cerrado; cero políticas de colaboración sanitaria para el tratamiento de la pandemia, abandono a su suerte de los 5 millones de colombianos que residen en Venezuela y persecuciones contra venezolanos radicados en el hermano país.
La peor parte de este despropósito en las zonas fronterizas la llevó sin duda el ciudadano de a pie. A fin de cuentas, ambas poblaciones están unidas por fuertes lazos históricos, culturales, culinarios y económicos que se vieron afectados por la miopía de una clase política como el uribismo, ciega de soberbia y ambiciones.
Lazos históricos
Cómo olvidar que el Libertador Simón Bolívar, tras la caída de la Primera República, reconstruyó su carrera militar alcanzando resonantes triunfos en territorio neogranadino. Así fue acumulando fuerzas para desarrollar su estrategia de la Campaña Admirable, que permitiría fundar la Segunda República, regresando triunfal a Venezuela desde Colombia. Tampoco puede perderse de vista que con la hazaña del paso de Pisba, Bolívar asestó un golpe casi definitivo al imperio español, librando la electrizante batalla de Boyacá.
Pero tantas páginas doradas de luchas y logros comunes, se han visto históricamente manchadas por mezquinos intereses (internos y externos). Primero, los grupos ultra conservadores de gran poder económico; y tras bastidores las cúpulas norteamericanas, empeñadas en balcanizar la región. Ambos actores guiados por una lógica maquiavélica de dividir para “reinar”.
Aires de cambio
Por fortuna, la llegada de Petro al Palacio de Nariño ha significado un viraje. Con la llegada del nuevo mandatario se han restablecido las relaciones diplomáticas. Ya están operativas nuevamente las embajadas de Caracas y Bogotá; y existe un diálogo fluido, obviamente no exento de diferencias. Pero se trata de un hecho vital en el camino de hermanar nuevamente a Colombia y Venezuela, dos naciones -que parafraseando un viejo refrán caribeño- son de un pájaro las dos alas.
En el plano cultural bajo el lema “La Paz nos une”, el pasado 17 de septiembre se realizó el Encuentro de Poetas por la Paz, que reunió en las ciudades de Cúcuta y San Cristóbal a creadores de la palabra de ambos países. “Querían que entre Colombia y Venezuela hubieran bombas y se intercambiaran balas… han dicho: mejor intercambiar poemas”, expresó Ernesto Villegas, destacado comunicador y ministro venezolano del Poder Popular para la Cultura.
Puente aéreo
Por otro lado, se restablece la ruta aérea Caracas-Bogotá, luego de 5 años clausurada. Recientemente la aerolínea estatal venezolana Conviasa anunció la reapertura de este vuelo. La empresa ofrecerá un servicio sin escalas desde Caracas, con una frecuencia semanal a partir del 26 de septiembre bajo la modalidad charter. La última operación regular de pasajeros de la compañía hacia la capital colombiana fue el 31 de julio de 2017.
Asimismo, recientemente el Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC) agregó a Colombia a la lista de países con vuelos comerciales de pasajeros y carga autorizados en territorio venezolano. Esto ocasionaba grandes inconvenientes a los viajeros con familia o negocios entre ambas capitales. Y es que había que hacer escala en Panamá lo que encarecía significativamente los costos del boleto, así como mayores retrasos en el tiempo de viaje.
Frontera al 100%
Todos estos hechos (restablecimiento de relaciones diplomáticas, Encuentro de Poetas por la Paz y la reapertura de la ruta aérea Caracas-Bogotá) son signos incontestables de un descongelamiento del nexo binacional; así como el inicio de una ruta hacia la hermandad de Colombia y Venezuela.
Pero además se tiene prevista la reapertura comercial de la extensa frontera colombo venezolana (más de 2.000 kilómetros), un hecho crucial. Esto sin dudas contribuirá a afianzar la hermandad entre Colombia y Venezuela. Para este lunes 26 de septiembre está prevista también la reapertura del paso fronterizo entre las ciudades de San Antonio del Táchira y Cúcuta, uno de los puntos más activos del largo trayecto fronterizo.
“El próximo 26 de septiembre daremos apertura a la frontera entre Colombia y Venezuela. Como primer paso, se reanudará la conexión aérea y el transporte de carga entre nuestros países. Confirmamos el compromiso del Gobierno por restablecer las relaciones de hermandad”, ha expresado el primer mandatario colombiano, Gustavo Petro.
Intercambio comercial
Por su parte su homólogo venezolano, Nicolás Maduro ha señalado lo siguiente: “Apenas con la apertura de la frontera este año se estima que pudiéramos llegar a dos mil millones de dólares de intercambio comercial entre Colombia y Venezuela”, destacó Maduro.
El Jefe de Estado venezolano recalcó que “el próximo lunes 26 de septiembre abrimos las fronteras con Colombia para que fluya el comercio, fluya el intercambio entre los pueblos”. Ese mismo día se retoma la conexión aérea Caracas-Bogotá y Valencia-Bogotá.
Las expectativas de alcanzar un intercambio comercial estimado en 2 mil millones de dólares, representan una muy buena noticia. Especialmente, porque la actividad comercial había decaído a mínimos históricos (entre 300 y 400 millones de dólares), como producto de la crisis. Sin embargo (USD 2 mil millones) es una cifra que aún se sitúa muy por debajo de los montos alcanzados entre 2007 y 2009, años de máxima actividad donde la balanza comercial rondaba los USD 8 mil millones.
Potenciar producción interna
En materia económica, el reto para Venezuela es doble. No solo se deben articular las medidas correspondientes, para recuperar los niveles de intercambio comercial de años anteriores. También se debe hacer un esfuerzo especial por hacer que la balanza comercial históricamente favorable a Colombia, sea ahora favorable a Venezuela, o al menos esté nivelada. Es decir, que exportemos más de lo que importamos del hermano país.
Ante la nueva perspectiva de crecimiento que se abre, gracias a la hermandad de Colombia y Venezuela, analistas como el economista y profesor universitario, Elio Córdova, plantean la necesidad de evaluar si algunos de los estados próximos al eje fronterizo pueden recibir un tratamiento como Zonas Económicas Especiales.
Nuevos retos
“Resulta necesaria la implementación de un programa de recuperación y reimpulso de la actividad productiva que contemple a los estados Táchira, Mérida y Barinas con el objeto de incrementar progresivamente las exportaciones venezolanas hacia el mercado colombiano, generando una potencial fuente de ingresos en divisas”, explica Córdova.
Esto –agrega el economista- en el corto y mediano plazo contribuiría a la estabilidad de las reservas internacionales. Asimismo, expandiría el empleo, el consumo y la inversión. Como se ve la hermandad de Colombia y Venezuela abre nuevas oportunidades, que deben aprovecharse de la mejor manera para beneficio mutuo de ambos pueblos.
