El mes de marzo de 2023 culmina con serios problemas en el sector financiero internacional. De hecho, el inesperado colapso de varios bancos en el corazón del capitalismo global (EEUU y Europa) deja al descubierto, una vez más, que las crisis forman parte intrínseca del sistema. Y aunque aún es pronto para saber las verdaderas dimensiones de este nuevo bajón, desde ya actores tan prominentes como Elon Musk advierten que la banca “se derrite”. Lo que da pie para preguntarse si también ¿Se derrite el capitalismo?
“No les exagero. Está todo ahora mismo patas arriba, cae el petróleo en el entorno del 5%, se desploman las bolsas. Está cayendo la renta fija en un año en el que se veía que todo era positivo para ellos. Por ejemplo, en Alemania el bono a dos años está en la mayor caída de toda su historia. Y el bono americano está en la mayor caída, después del lunes negro de 1987. No es broma, todo ha saltado por los aires. Y ahora mismo se intenta ver hasta qué punto esto se parece a 2008. Y si esa es finalmente la fotografía, ahora mismo nos viene una tremenda por delante”.
Un “follón”
El economista y CEO fundador del canal Negocios Tv, José Antonio Vizner, resume en el párrafo anterior cuál es su perspectiva de este escabroso asunto. Como se diría en España, la quiebra del Silicon Valley Bank, junto con el Signature y el First Republican Bank, representa un verdadero follón. Ello, como es de esperar en una economía altamente globalizada, está teniendo consecuencias indeseadas en los sistemas financieros y bursátiles de Europa.
El periodista Pierre Lomba sintetiza de este modo los impactos registrados en Europa. “La salud del sector bancario depende en buena parte de la confianza. Y cuando esta flaquea, comienza la estampida en los mercados. Los 10 principales bancos europeos han perdido esta semana más de 50.000 millones de euros en capitalización bursátil, el equivalente del valor en Bolsa de todo el Banco Santander. Zarandeada por la quiebra del Silicon Valley Bank y la posterior crisis del Credit Suisse, la gran banca del Viejo Continente se ha dejado en los últimos días todo el avance que había conseguido desde el comienzo del año”, refiere.
Serias dificultades
Sin embargo, aún es prematuro para saber si como ironizaba el magnate Musk, el capitalismo finalmente se derrite junto a la banca. Pero técnicamente, la situación sí plantea un serio atolladero. Por un lado, el detonante de esta crisis según explican los analistas, fueron las agresivas y tardías subidas de la tasa de interés. No obstante, es difícil que se puedan bajar abruptamente esas tasas, porque ello supondría un aumento importante de la inflación en las economías desarrolladas.
“El problema es que la subida de tipos por parte de la Reserva Federal, ha hecho que los bonos no valgan nada. Y cualquier inversor diga: yo esto no lo quiero. Me voy al mercado y en lugar de darme un 1%, me van a dar de retorno de 2 y medio, a dos meses. De tal manera, que el dinero ha huido del depósito de los bancos. Esto para buscar la rentabilidad que daban los bonos en altas (en corta duración, pero alta rentabilidad). Los bonos de estos bancos no valen nada, es basura; ¿Cuál es el problema? Si lo tienes que vender antes, te pasa lo mismo que con las subprime, tienes unas pérdidas salvajes”, advierte Vizner.
Cuento repetido
Por lo menos desde el proceso de industrialización de la economía mundial (siglo XIX), la historia del capitalismo ha sido la historia de las crisis. Entre las más reseñadas destaca el famoso crack de la Bolsa de 1929, que a la postre se resolvería con la aplicación del modelo Keynesiano. Pero luego del período de pos guerra han abundado las etapas de serias dificultades, incluso en medio de una relativa bonanza económica. (1948-1949; 1953-1954; 1957-1958; y 1960-1961, fueron todos períodos de crisis).
Igualmente, se registra la fecha de 1970, como el inicio de un fenómeno estructural de caída en la tasa de ganancia, que progresivamente daría pie al proceso de financiarización o economía de casino. El modelo Keynesiano y el llamado Estado de Welfare, se resquebrajaron y finalmente dieron paso a una nueva arremetida del esquema neoliberal de la mano de teóricos como Milton Friedman.
Antes de la quiebra del Silicon Valley, el episodio más reciente de las crisis económicas fue la llamada burbuja financiera de los subprime (2008) con el colapso del gigante Lehman Brothers. Pero mucho antes ya había habido una década pérdida para los países latinoamericanos (1980), por la crisis de la deuda. Y también durante los 90 se registraron colapsos sucesivos en países del mundo asiático.
¿Culpa de Trump?
Diversos autores han desarrollado la hipótesis de que las crisis (al igual que las guerras) son la manera que consigue el capitalismo para resolver sus contradicciones originales. El más prominente sin duda fue Karl Marx: “La razón última de todas las crisis reales es siempre la pobreza y la limitación del consumo de las masas frente a la tendencia de la producción capitalista a desarrollar las fuerzas productivas como si no tuviesen más límite que la capacidad absoluta de consumo de la sociedad”.
No obstante, ahora en medio del colapso del Silicon Valley Bank y de la advertencia de que el capitalismo se derrite, ha salido a relucir que el magnate y ex presidente de EEUU, Donald Trump. Por qué, pues bien porque durante su mandato se habría desregulado a ciertas entidades con un perfil similar al del Silicon Valley.
“Lo que se está comentando en EE.UU es que 10 años después de la crisis de 2008, precisamente en el mandato de Donald Trump, se cambió una parte de la legislación que hacía que fueran muy agresivos con determinados bancos con los que no podían tener tanta agresividad. Claro uno de ellos es Silicon Valley Bank, que cuando ha venido una mala con los tipos de interés ha quedado fuera del sistema”, asevera Vizner.
Rompecabezas
Ahora bien que Trump inescrupuloso y voraz, como ha demostrado ser, promoviera medidas en favor de la banca a nadie sorprende. El problema va mucho más allá, porque al divorciarse la economía real (productiva) de la financiera, los bancos pierden realmente su razón original de ser: prestar dinero para impulsar la producción. Entonces terminan fomentando el casino especulativo. Es decir las ganancias no se realizan en el terreno de la inversión productiva, sino en un plano intangible, frecuentemente sin ningún respaldo.
“A lo largo del largo auge posterior a la Segunda Guerra Mundial, el sector financiero de la economía había crecido dramáticamente tanto en términos absolutos como relativos al sector productivo”, concluyen Harry Magdoff y Paul M. Sweezy. Ambos, autores integran el argumento en un análisis teórico de la forma en que funciona la economía capitalista avanzada (estancamiento en la producción e hiperactividad en las finanzas). Una situación que plantea un verdadero rompecabezas, porque mientras al capitalismo le va muy mal (se derrite), al capital le va de maravillas, porque concreta astronómicas ganancias.
Círculo vicioso
Y seguramente allí está la verdadera clave de todo este embrollo. Mientras el capitalismo ciertamente se derrite en medio de crisis sucesivas, el capital se alimenta de la desgracia. Como explica Yanis Varoufakis: “He aquí otra gran paradoja de las sociedades de mercado: en general cuanto peor están las cosas y cuando más negocios están en quiebra, más rápido se incrementa la rentabilidad de los negocios que han sobrevivido. El dicho ¨tu muerte es mi vida¨, se convierte en ¨tu quiebra es mi rentabilidad¨ (…) Como ya hemos visto, cada crisis significa que el presente no puede pagar al futuro por el valor que el sistema bancario extrajo de este último”, explica.
Estamos pues frente a un círculo vicioso que se repite sin cesar. El capitalismo en cierta forma se derrite, pero el capital consigue las maneras de seguir realizándose. Es decir, los banqueros cada vez tienen más poder porque se “socializan las pérdidas”, pero se privatizan las ganancias. Pareciera que como apunta Varoufakis: “solo puede haber mejora si la sociedad se subleva y exige una mediación política coordinada para cancelar estas deudas”.