Estudios recientes han revelado que pan muy tostado libera una toxina cancerígena, conocida como acrilamida; sustancia que se produce en determinados procesos de cocción.
Aquellos alimentos ricos en hidratos de carbono cuando involucran temperaturas elevadas producen la mencionada toxina. En tal sentido, el pan tostado y las papas fritas pueden convertirse en importantes fuentes de producción de acrilamida.
Cocinar demasiado los alimentos no sólo favorece la aparición de esta sustancia tóxica, sino que, además, destruye nutrientes y compuestos bioactivos, como ocurre en el caso del pan, que pierde su contenido en agua durante el tostado.
De acuerdo con los estudios realizados, la acrilamida está considerado un probable carcinógeno humano, según la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer.
Esta indeterminación se debe a las investigaciones que se han realizado sobre esta sustancia tóxica sólo han demostrado sus efectos cancerígenos en animales. Revelando diferencias respecto a cómo podría afectar a los seres humanos, según el Instituto Nacional del Cáncer de EEUU (NIH).
Por su parte, el NIH indica que los alimentos que son la fuente principal de la toxina cancerígena acrilamida son: las papas fritas, galletas y pan. Asimismo, cereales para desayuno, aceitunas negras en lata, jugo de ciruela y café.