En los últimos meses, el calor se ha convertido en una constante. Por eso, conviene echar mano de todas las estrategias que ayuden a prevenir los efectos de las altas temperaturas en el organismo. la forma de vestir es un punto clave que te ayudará a mantenerte fresco. ¿Cuál es la mejor ropa contra el calor?
Prendas transpirables, ligeras, holgadas, frescas y preferiblemente de colores claros, porque absorben menos calor. Eso indica la sabiduría tradicional. No obstante, un estudio realizado en 1980, pero con plena vigencia, indica que esto no es del todo cierto.
Especialistas de las Universidades de Harvard y Tel Aviv, determinaron que la mejor ropa para el calor son los túnicas hechas con telas pesadas y de color oscuro. Paradójico ¿No?
El experimento
Los científicos llegaron a esta conclusión después de analizar la eficacia de varios tipos de prendas en ambientes de alta temperatura. Realizaron cuatro sesiones de 30 minutos, una con cada atuendo distinto. Usaron pantalones cortos, una túnica beduina negra (cubre el cuerpo entero, salvo la cara, manos y pies); una túnica similar en blanco y un uniforme militar marrón. El experimento se realizó en el desierto de Negev, al sur de Israel.
Se dieron cuenta de que las personas que usaban túnicas más pesadas y oscuras manejaban mejor el calor. Los usuarios de ropas ligeras y transpirables llevaban peor las altas temperaturas.
Pero, ¿a qué se debe que las túnicas sean la mejor ropa para el calor? Según los encargados de este análisis, esa prenda hace posible refrescar el aire alrededor del cuerpo, debido a su movimiento con el viento y al andar de su portador. En otras palabras, su diseño permite la circulación del aire; el aire fluye por debajo de la bata, promoviendo la evaporación del sudor y refrescando el cuerpo.
Además, las túnicas hechas con tela gruesa fungieron como escudo protector contra los rayos del sol. Los investigadores no encontraron resultados significativos respecto al color de la prenda.
Es imperativo señalar que hay otros factores que también pueden contribuir al confort térmico. Entre ellos, las preferencias personales, las normas culturales y las actividades específicas que se llevarán a cabo.
