Elliott Abrams y Mike Pompeo sabían muy bien que no había ningún aspecto legal para justificar el secuestro del diplomático venezolano Alex Saab en Cabo Verde. Sin embargo, cegados por el odio a muerte contra Venezuela, ambos exfuncionarios del gobierno Trump se confabularon para neutralizar a un hombre valiente, quien lo arriesgó todo por contribuir con el gobierno legítimo de Nicolás Maduro, en la búsqueda de acciones para romper el cerco genocida contra nuestra población.
Abrams y Pompeo conspiraron para mentir descaradamente sobre la inmunidad diplomática de Saab. Y lo hicieron con la única finalidad de secuestrarlo, para literalmente matar de hambre al pueblo venezolano.
Genocidio en marcha
Lo que estaba en marcha contra el país era, ni más ni menos, un plan de genocidio. Y en la activación de un macabro dispositivo como ese, resulta obvio que la figura de un empresario y diplomático patriota, tan eficiente en la búsqueda de mecanismos para traer combustibles, alimentos y medicamentos al país, resultaba un serio estorbo que “había que eliminar del camino” (como lo confiesa Mark Esper en la página 327 de su libro A Sacred Oath: Memoirs of a Secretary of Defense During Extraordinary Times, publicado en mayo pasado).
Cadena de mentiras
Una prueba contundente de su conspiración es un correo electrónico, donde se comunican Abrams y Pompeo, a las 9:00 horas del domingo 14 de junio de 2020.
Ambos sabían que tenían una “papa caliente” entre manos, ya que Saab estaba investido de inmunidad diplomática al momento de su ilegal secuestro. En dicho correo electrónico se lee literalmente lo siguiente:
“Elliot Abrams dice que Mike Pompeo se pregunta si pueden ALEGAR que su estatus de diplomático es ilegal porque le fue dado por criminales y no por Guaidó; pero que él tiene dudas de usar este argumento, porque si el estatus fue dado antes de enero de 2019, ellos reconocían a Maduro también, y que Cabo Verde probablemente seguiría a las Naciones Unidas que también reconocen a Maduro”. (Es de amplio conocimiento que Alex Saab fue designado enviado especial el 9 de abril de 2018. Esto le preocupaba a los conspiradores).
Ni siquiera habían transcurrido 16 horas del secuestro de Saab, cuando manteniéndolo incomunicado y en total aislamiento, ya iniciaba el plan sistemático de tortura física y psicológica para intentar doblegarlo. En paralelo, estos dos pérfidos personajes (Pompeo y Abrams) afinaban la estratagema de mentiras, para saltarse a la torera las más elementales normas del Derecho Internacional. Ambos quedan convictos y confesos en ese e-mail. Allí queda clara su conspiración para evadir la inmunidad diplomática de Saab.
Entonces, lo único que se les ocurrió a Pompeo y Abrams en dicho e-mail, fue alegar que Saab no estaba acreditado en Cabo Verde; y que estaba en una misión, supuestamente violando las sanciones de Naciones Unidas contra Irán. Un ardid, sencillamente halado de los cabellos, tan sólo justificado por el odio visceral contra el país y contra el Derecho Internacional que protege la inviolabilidad de la inmunidad de los Enviados Especiales. (Convención de Viena de 1961, de la cual Estados Unidos es firmante).
Falacias desmontadas
Ahora cuando comienza a destrabarse el diálogo y las negociaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Venezuela, hasta cierto punto ese odio visceral de la extrema derecha republicana ha dado paso a un escenario de mayor cordura. La administración Biden asume como único interlocutor válido al presidente constitucional, Nicolás Maduro. Así quedó refrendado una vez más con el histórico canje de prisioneros, una figura perfectamente legal y posible entre dos naciones con serias diferencias como Estados Unidos y Venezuela.
Evidentemente, con este proceso la figura de Guaidó termina de difuminarse en la nada y el gobierno de Maduro resulta ampliamente fortalecido. Igualmente, queda al descubierto que no hay ninguna razón para mantener a Alex Saab secuestrado; y que su captura, fue producto de una componenda de una política fallida.
Alaridos mediáticos
Alguien que sabe muy bien esta realidad es la periodista Carla Angola. Años de odio y resentimiento acumulado, han terminado por enloquecerla y hacer de su programa televisivo una especie de Tribunal de la Inquisición. El fracaso rotundo del “interinato” y el reciente canje de prisioneros han descolocado a Angola, quien recientemente entrevistó al propio Eliott Abrams.
En su entrevista se ve cómo descaradamente Angola trata de direccionar las respuestas de Abrams para que éste le diga lo que quiere escuchar: que supuestamente Saab no puede entrar en la figura de canje de prisioneros, porque no hay una condena firme en su contra. Sin embargo, el propio Abrams le explica que eso SÍ es perfectamente posible. Con todas las letras le manifiesta que no hay ningún impedimento constitucional para que sea liberado por medio de un intercambio de prisioneros sin tener una sentencia en su contra.
De igual manera se lo han ratificado los diversos abogados a los que ella afanadamente invita a su programa para hacerles la misma pregunta.
Crueldad ilimitada
No obstante, para tratar de aplacar la furia de Angola, Abrams solo atina a decir con su característica ironía que, en su opinión, Saab debe sufrir más (pagar mas condena). Y en esta tribuna nos preguntamos: ¿Es que acaso 28 meses preso, 16 de los cuales transcurrieron en condiciones infrahumanas, sometido a brutal tortura física y psicológica no son más que suficiente tiempo de condena? Especialmente para alguien que no ha cometido ningún crimen.
Existen tres affidavits (declaraciones juradas) de testigos, que conocieron de esta tortura psicológica y física contra Saab. Asimismo, el informe de un afamado psiquiatra norteamericano. Esa es la verdad que han querido ocultar cobardemente algunos medios de comunicación y sus alfiles tarifados como Carla Angola y Roberto Deniz. Ambos mercenarios de la información que deforman la verdad.
Alex Saab vivió meses tomando agua en el mismo balde donde hacía sus necesidades; obligado a dormir en el piso y salvajemente golpeado durante las noches hasta hacerle vomitar. Allí debía permanecer en total oscuridad, casi exánime en el medio de su propio vómito y sangre privado de atención médica y cualquier posibilidad de comunicación. Y semejante castigo ¿Por qué? Por el “delito” de querer aliviar el sufrimiento de todo un pueblo.
¿Qué pretendían con la tortura?
- Que reconociera públicamente al títere de Guaidó.
- Que Saab les ayudara a interrumpir el abastecimiento de combustibles, medicinas y alimentos al pueblo venezolano.
- Mentir contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro.
Hardship Time
En las Cortes de Estados Unidos, cuando un prisionero es sometido a condiciones inhumanas durante su detención, es considerado al momento de sus sentencias este tiempo como Hardship Time; es decir, un período de máxima opresión y sufrimiento, que equivalen a más de tres veces el tiempo de una condena normal.
Por ejemplo, en casos de personas extraditadas de la cárcel de La Picota de Bogotá, que, comparada con una prisión norteamericana, es casi un hotel de 5 estrellas, aun así, los jueces en su mayoría aplican el Hardship time a la sentencia. Ahora bien, comparada con la prisión de Cabo Verde y las torturas físicas, la penitenciaría bogotana sería un hotel de al menos 15 estrellas. ¿Entonces por cuantas veces deben multiplicar los jueces el tiempo de tortura de Alex Saab en Cabo Verde?.
En el colmo del cinismo, Abrams quien como ya se ha evidenciado en diversos documentos, fabricó junto a Pompeo la detención ilegal de Saab, sugiere que éste aún debe sufrir más. Es un verdadero descaro tan solo insinuar que estos 28 meses de vejaciones infinitas no representan un tiempo de condena. ¡Qué vergüenza!. ¿Cuántos días soportarían Abrams o Pompeo durmiendo en el piso siendo salvajemente golpeados en la total oscuridad? ¿O la misma Angola, tan llena de odio?. Qué fácil es atizar el resentimiento y la mentira desde un estudio de televisión o desde las redes sociales.
Perfectamente posible
Lo cierto es que la liberación de Saab no solo es un clamor del pueblo venezolano, sino que constitucionalmente es posible dentro del sistema jurídico norteamericano. Para ello no hay ningún obstáculo constitucional. Ahora bien, desde el punto de vista ético y moral es una obligación inaplazable. Que nadie se olvide que Saab no viajó a Irán de paseo, lo hizo como Enviado Especial para traer gasolina, alimentos y medicinas para el pueblo venezolano. Todo en medio de la peor crisis por la pandemia de covid-19 y las criminales sanciones impuestas al país.
Es preciso reiterar que sin las gestiones de Saab no hubiera sido posible normalizar la oferta de combustible y erradicar las kilométricas colas para poder surtir. Mucho menos comprar los repuestos para poner a tono las refinerías. Saab lo arriesgó todo por Venezuela por eso los enemigos jurados del país como Angola intentan desesperadamente sabotear su liberación. Confiamos en que privará la sindéresis y más temprano que tarde se hará justicia en este sentido caso. Así como también, lograremos la reconciliación y el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Estados Unidos basados en el respeto y soberanía de nuestras naciones.