Irán entregó 300 drones iraníes Shahed-136 a Rusia y ahora los rusos estarían fabricando su versión bajo el nombre de Geran-2. Arma que está transformando la estructura de costos de manera favorable a Rusia en su operación militar especial en Ucrania.
Un arma nueva: Buena, bonita y barata
Estos nuevos drones iraníes se caracterizan por ser inhackeables y evasivos a los sistemas antiaéreos avanzados. Además, son fáciles de transportar y lanzar y el costo es bajo.
Estos drones se pueden trasladar en camiones de apariencia civil y pueden ser lanzados y operados desde un control de mando a distancia.
Poseen una ojiva explosiva de 50 kg y vuelan hasta 2500 kilómetros por hora guiado a través de un sensor óptico. Miden 3,5 metros de largo por una envergadura de 2,5 metros y un peso aproximado de 200 kilogramos.
Ucrania bajo la mira: A bajo costo
Estos drones iraníes han roto las cúpulas antiaéreas de Ucrania en Kiev y varias ciudades dejando claro la precisión de sus ataques kamikaze.
Cabe destacar que Ucrania todavía posee sistemas antiaéreos rusos S-300 y los Geran-2 pueden impactar directamente contra una lanzadera de misiles, que valen millones de dólares.
El Geran-2 impone un esquema asimétrico al enfrentarse a la tecnología de la OTAN. Hace variar los costos de maneras múltiples. Esto quiere decir que Rusia minimiza sus costos económicos, ahorra misiles de precisión, protege mejor a sus tropas y equipos en el terreno y aumenta los costos de la OTAN.
Rusia no necesita lanzar un arsenal avanzado de precisión para atacar blancos elegidos, y por ende no necesita aumentar demasiado sus costos.
Mientras que por otro lado, la OTAN está suministrando sistemas antiaéreos y equipos más costosos, incluso vaciando parte de su arsenal: Otro golpe duro de Rusia contra la economía de guerra que intentó montar Occidente en su contra.