Las secuelas a mediano y largo plazo de la infección del virus SARS-CoV-2, causante de la pandemia que a comienzos del 2020 detuvo al mundo entero, se conocen de manera muy vaga, ya que este Covid persistente, como se le conoce, afecta a algunos «expacientes» de esa enfermedad.
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Cabe destacar que el también llamado Covid-19 crónica o Síndrome pos-Covid 19, nada tiene que ver con la fase aguda que atravesó el enfermo por coronavirus. Cuyos síntomas consistían en:
- Fiebre
- Fatiga
- Tos
- Dolor de cabeza y garganta
- Dificultad para respirar
- Afecciones gastrointestinales
- Dolores musculares y corporales
- Pérdida de gusto y olfato
Tal como lo destaca National Geographic en una reseña sobre este particular Covid persistente y esas secuelas a mediano y largo plazo de una infección por SARS-CoV-2, hay poca información en torno a esta temática.
«La falta de estudios rigurosos al respecto, ha instalado una incertidumbre generalizada sobre muchos de los aspectos que rodean a esta enfermedad«, explica la publicación.
200 síntomas asociados a ese padecimiento
Lograr un concepto, diagnóstico y estudio concreto del Covid persistente, tiene dificultad, en parte, por la cantidad tan amplia de síntomas que se asocian a esa infección. Por lo que, en la actualidad se toman en cuenta más de 200 síntomas que tienen relación con la enfermedad.
No obstante, algunos de los síntomas identificados más comunes incluyen:
- Pérdida en el sentido del gusto o el olfato
- Cansancio crónico
- Tos recurrente
- Niebla mental
Asimismo, se habla de la posibilidad de que este Síndrome pos-Covid 19 se deba a un sistema inmunológico desestabilizado, producto de la infección aguda.
Igualmente, es posible que, durante la fase aguda de la enfermedad, el virus sea capaz de sobrevivir en algunos tejidos o se formen coágulos de sangre pequeños. Eso, en el futuro, puede tener consecuencias tanto en el sistema circulatorio como en el nervioso, al igual que en las articulaciones.
Es importante resaltar que no todas las personas poseen el mismo riesgo de padecer Covid persistente, ya que este no se eleva necesariamente con cada infección. Por lo tanto, las alternativas de tratamiento son aun más inciertas y escasas. Se habla de la metformina como uno de los pocos que ha mostrado cierta eficacia, por su capacidad de reducir la incidencia del Covid persistente en un 41 %.
De igual forma, de acuerdo con un trabajo que publicó The Lancet Infectious Diseases, ese medicamento ha sido eficiente en cuanto a una reducción absoluta del 4,1 % del también denominado Covid-19 crónica.
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