El Hospital de Peluches, nace en Caracas en 2017 y han atendido a más de 25 mil muñecos de felpa y muñecas usadas. Para luego regalar a niños en hospitales, casas hogar, zonas vulnerables y fundaciones de todo el país.
Como en una sala de emergencias, 35 voluntarios cosen, bañan, peinan, visten, reparan y ajustan los peluches para darles una segunda oportunidad.
Son muchas las cajas con peluches que llegan de todo el mundo. La premisa de este hospital tan peculiar es darle alegría los niño que tanto lo necesitan.
Lily Gluck, creadora de la fundación, señala en su cuenta de Instagram que cuando un juguete llega a la sala de urgencias del Hospital de Peluches pasa por cuatro procesos.
- Se clasifican y separan para edades y géneros
- Luego se bañan
- Se visten
- Y por último se peinan
Con el tiempo y cariño se les devuelve el brillo que luego se transforma en la alegría de un niño, así lo describe Lily en sus publicaciones.
Cuando un paciente es dado de alta del Hospital de peluches, lleva una tarjeta que enfatiza el valor de reciclar, de cuidar, de entregar y ser sustentable con el medio ambiente.
«Hola soy tu nuevo peluche, soy un peluche con experiencia porque jugué con otro niño, quiéreme y cuídame, yo haré lo mismo contigo. Cuando seas grande regale a otro niño que me quiera como tú», indican las postales que acompañan cada juguete.
Los cuatro principios de un residente peluche
En el Hospital de Peluches se trabaja bajo cuatro premisas: reciclaje, dar a los que menos tienen, respeto y por último alegría.
Ningún paciente acolchado sale del hospital sin cumplir estas normas. Para Lily, su fundadora, eso es el espíritu del proyecto y lo que los hace únicos.
Durante las fechas decembrinas de 2020, el Hospital de los Peluches llevó alegría a cuatro mil niños de bajos recursos y en estado delicado de salud.
Lily Gluck, es educadora de profesión y la que aporta una función pedagógica al proyecto que combina el reciclaje con la labor social de dar alegría a quienes la necesitan.
La idea surgió mientras arreglaba su casa y decidió donar los peluches de sus hijos.
