El sistema inmunológico es la barrera de protección que nos permite defendernos, de agentes que atentan contra nuestro organismo.
Cuando los gérmenes, bacterias o virus atacan el organismo se produce una infección que causa una enfermedad. Es ahí cuando el sistema inmunológico actúa para protegernos.
El nivel de complejidad del Sistema Inmunológico es tan complejo, que los científicos aún no lograr descifrarlo por completo.
De lo que si existe evidencia es que determinados grupos de alimentos ayudan a mantenerlo sano, siempre que se sigan ciertas pautas para mantener equilibrado al organismo.
A continuación te mencionamos 5 pautas que los científicos identifican como favorables para mantener la calidad de nuestras defensas.
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Comer alimentos que contengan nutrientes esenciales para el sistema inmunológico
El sistema inmune requiere de Vitaminas A, B6, ácido fólico, C, D y E, así como minerales que incluyen zinc, cobre, selenio y hierro.
Algunos alimentos donde puedes conseguir estos nutrientes son verduras y frutas de color amarillo y naranja como la batata, zanahorias. Igual las verduras de hojas verde como espinacas, brócoli contiene estos nutrientes.
Los granos y cereales fortificados tienen un alto contenido de ácido fólico, mientras que la vitamina E es abundante en nueces, semillas y aceite de oliva.
2. Consumir regularmente alimentos probióticos y prebióticos
Los alimentos probióticos contienen bacterias saludables que favorecen que el sistema digestivo libere vitaminas y minerales.
Los alimentos probióticos son Yogur de cultivo vivo y encurtidos fermentados naturalmente
Por otra parte, los alimentos prebióticos son aquellos que contienen almidones que alimentan a las bacterias probióticas. Entre ellos, se pueden mencionar ajo, cebolla y fugas, alcachofas, manzanas, verduras de hoja verde, entre otros.
3. La calidad del sueño
Un sueño reparador, es fundamental para lograr un sistema inmunológico fuerte, ya que rejuvenece las células.
Los ciclos de sueño profundo comienzan aproximadamente una hora después de que la persona se queda dormida. Esa fase es cuando el organismo se encuentra más relajado, la respiración y el ritmo cardíaco son más lentos.
Los investigadores del sueño encuentran que los niveles más profundos de sueño se corresponden con un aumento en la producción de células importantes del sistema inmune que combaten las infecciones.
4. La actividad física regular
Está científicamente comprobado que el ejercicio ayuda al cuerpo a producir células inmunitarias antiinflamatorias, y hacerlas circular por el torrente sanguíneo.
El ejercicio también activa el sistema linfático, que es el encargado de eliminar las toxinas y las células muertas de los tejidos.
5. Reducir el estrés
Si las situaciones de estrés tanto físico como psicológico se prolongan como parte de la cotidianidad de las personas, esto puede ocasionar un daño en el sistema inmunológico y su respuesta a las infecciones será deficiente.
En función de esto, es que la reducción del estrés y la relajación sean un componente vital de una respuesta inmunitaria sólida.
En este sentido, los especialistas recomiendan hacer cualquier actividad o terapia que ayude a las personas a mantener a rayas los niveles de estrés diario y así cuidar su salud mental y física.
