La noche de este jueves la agencia de noticias Venezuela News y la productora audiovisual El Búnker estrenaron el segundo episodio del podcast Par de calvos, con la moderación de Pedro Carvajalino y Vladimir Villegas. El tema central de debate entre estos dos reconocidos comunicadores del país fue el diálogo nacional. Ambos reflexionaron acerca de los comentarios y reacciones que despertó la primera emisión del espacio en algunos sectores políticos, tanto del chavismo como de las oposiciones.
En ese sentido, Carvajalino cuestionó que haya habido incluso chavistas que le acusaran de haber «claudicado» en la lucha política, solo porque aseguró que hay posturas radicales que asumió en el pasado que probablemente no dejaron saldo positivo. «Hay gente que dice que me entregué y que no soy chavista por comunicarme contigo», comentó a Vladimir Villegas.
«Yo soy un irrecuperable en el buen sentido de la palabra», agregó el joven comunicador popular.
Añadió que quienes le señalan a partir de aquel podcast inaugural de un espacio de debate diferente y de acercamiento de dos visiones de mundo antagónicas, no han estado en las batallas populares más estratégicas. «En los momentos difíciles no los he visto. El 30 de abril (de 2019), por ejemplo, en Miraflores estaba yo. A esa gente nunca les he visto en una manifestación popular (…) Están desde una poltrona en Twitter«. Además, piensa que estas personas que le critican «no han vivido el odio». Nosotros, de «odio e intolerancia sabemos».
«A los chavistas que me oyen y ven, no se trata de que Vladimir se vuelva chavista y que Carvajalino se vuelva opositor. No es la intención», adicionó Pedro Carvajalino. No obstante, «nada perdemos con hablar; como país ganamos demasiado».
Responde además que no cree en la egología, que es la ideología del ego. «Me siento como un apóstata, un renegado, solamente por sentarme contigo», le dijo Pedro Carvajalino a su interlocutor Vladimir Villegas.
«Yo no estoy defendiendo ir o no ir a Las Mercedes; solo dije que hay espacios en los que los chavistas no podían estar», aclaró.
Cerró diciendo que «el odio es irracionalidad pero el diálogo es el mecanismo de contención del odio«. «Hay que desconcentrar el odio y para eso se necesitan reglas claras de juego, saber para dónde vamos y qué queremos», adicionó.
Temen al debate entre contrarios porque no tienen argumentos sólidos
En el caso del periodista Vladimir Villegas, analizó que «hay gente que le tiene miedo a que esto ocurra porque no son sólidos en sus argumentos. Si yo me siento aquí con Pedro Carvajalino es porque tengo plena seguridad de lo que estoy diciendo, de lo que creo, de lo que afirmo». Añadió que identifica en algunos el síndrome de ‘Doña Florinda’, ese de «no te juntes con esa chusma».
«Mientras más odio destilan en redes sociales, más cobardes son para decir las cosas en la cara», dijo el también conductor de Vladimir a la 1.
Villegas considera que el presidente Nicolás Maduro no debería llamar «cobarde a una izquierda que se atrevió a pensar».
«El reconocimiento es la fase superior de la tolerancia«, agregó Villegas en el novedoso espacio. «Hay quienes reivindican el derecho a ser intolerante, a tenerle arrechera al otro. Ahora, una cosa es que digas que odias a fulano, pero pasar a ejercer tu odio es otra cosa. Sentirlo es una cosa, ejercerlo es otra», comentó.
Consideró además que las causas del odio y la indignación en Venezuela acabarían si la institucionalidad democrática «funcionara».
«El problema no se trata de ganar-ganar, sino de derrotarte. Cuando vayas a una mesa de diálogo a tratar de obtenerlo todo y no ceder nada, entonces no vas con ánimos de resolver el problema sino con ánimo de imponerte», dijo Villegas sobre el diálogo nacional. Esto en respuesta a Carvajalino cuando dijo que algunos van a dialogar para repotenciar el ataque al contrario.
Agregó que los factores que quieren cambio democrático se puedan sentar con el Gobierno de Nicolás Maduro tienen que ponerse de acuerdo entre ellos. «La oposición venezolana es un producto de exportación (….) Todos los gobiernos quieren comprar una oposición como la venezolana: dividida, que se ataca entre ella, que no participa en elecciones y hace alianzas insólitas».
Disfrute el podcast de Carvajalino y Villegas íntegro: