La actriz y política británica Glenda Jackson dejó de existir este jueves a sus 87 años.
El anuncio del deceso de la intérprete inglesa lo realizó su agente, Lionel Larner, quien señaló que la ganadora de dos premios Óscar y dos premios Emmy dejó de existir “en paz en su casa en Blackheath, en Londres, acompañada de su familia tras una breve enfermedad“.
Glenda Jackson era hija de un albañil. A sus 16 años abandonó el colegio para trabajar en una cadena de farmacias. Sin embargo, dejó pronto ese empleo para ingresar a la Real Academia de Arte Dramática.
Debutó con éxito en la gran pantalla en 1963 con el filme “This Sporting Live”. Su primer rol protagónico fue en la cinta “Mujeres enamoradas”; con esta película ganó su primer Premio de la Academia. Mientras que, en 1973, conquistó nuevamente el galardón con “Un toque de distinción”. Jackson no quiso dar ningún discurso al recoger sus dos premios.
Además de llevar una exitosa carrera en el séptimo arte, con una filmografía prolífica, realizó en paralelo trabajos exitosos en la pequeña pantalla. Uno de los más destacados fue su interpretación del drama histórico “Elizabeth R“.
Su papel en esa serie le dejó dos premios Emmy en la televisión estadounidense.
Por su contribución a las artes, la reina Isabel II le concedió el título de Comendadora de la Orden del Imperio Británico, en 1978.
Carrera política: diputada y ministra
En 1992 dejó la actuación para ingresar en la política, como miembro del Partido Laborista. Tenía 55 años cuando llegó a ser diputada por ese partido.
Entre 1997 y 1999 ejerció como ministra de Transportes del gobierno laborista de Tony Blair.
Durante una de sus intervenciones más memorables y polémicas en el Parlamento, la actriz expresó, al referirse al legado de la ex primera ministra Margaret Thatcher el día de su funeral en 2013:
“Es la primera ministra de género femenino, ok. ¿Pero una mujer? No, según mis términos“
Queremos tanto a Glenda
Glenda Jackson inspiró al celebérrimo escritor, profesor y traductor Julio Cortázar quien se inspiró en ella para escribir el cuento “Queremos tanto a Glenda“. El texto está incluido en su libro de cuentos homónimo.
“Queríamos a Glenda Garson y eso bastaba para recortarnos de los que solamente la admiraban“, escribió Cortazar.
