Colombia nuevamente registra el asesinato de un líder social, pero esta vez se trata de una notable defensora de la comunidad afrocolombiana.
Se trata de Jesusita Moreno, mejor conocida como Doña Tuta, quien era la reivindicadora de los derechos de las comunidades negras e indígenas del Medio y Bajo San Juan agobiadas por la intensidad y degradación del conflicto armado.
El asesinato ocurrió este martes 07 de junio en Cali, cuando la lideresa afrocolombiana de 59 años salía de su casa y fue atacada a balazos por un grupo de hombres armados en el barrio La Floresta, en la ciudad capital del departamento de Valle del Cauca.
#DDHH 🚨| El lamentable hecho sucedió en la tarde de hoy, en la ciudad de Cali, cuando se dirigía a reclamar su torta de cumpleaños.
Ella enfrentó con su vida el conflicto armado que devasta su territorio, para que las comunidades negras e indígenas pudiesen vivir en paz.
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Gran lideresa
La relevancia de Doña Tuta, es de tal calibre, que en varias ocasiones enfrentó acusaciones; entre ellas de atentados y montajes judiciales por su trabajo con poblaciones negras e indígenas.
Doña Tuta ejercía la defensa de los Derechos Humanos de la comunidad de Noanamá, territorio que hace parte del Consejo Comunitario General del San Juan.
Además, Doña Tuta siempre perseguía la búsqueda de verdad, para que cesarán las muertes de afros e indígenas, de militares, paramilitares y guerrilleros.
De acuerdo a Indepaz, con Doña Tuta, Colombia llegaría a 82, los asesinatos de líderes, lideresas y defensores de DDHH en 2022 y 1309 desde la firma del acuerdo.
𝐉𝐞𝐬𝐮𝐬𝐢𝐭𝐚 𝐌𝐨𝐫𝐞𝐧𝐨
07/06/22
Cali, Valle del CaucaCon Jesusita Moreno, también como Doña Tuta, serían 82 los líderes/as y defensores de DDHH asesinados en 2022 y 1309 desde la firma del acuerdo. pic.twitter.com/cPLUOnniG9
— INDEPAZ (@Indepaz) June 8, 2022
Un hecho trágico
Tuta proyectaba un espacio de albergue-refugio en Noanamá que permitiera contener el desplazamiento de las comunidades de esta región a zonas urbanas. Ella consideraba más trágico salir de su territorio a las ciudades dónde el gobierno les desentendía y estaban a merced de la misma violencia.
«Sus asesinos y los planificadores algún día reconocerán que ella solo era una gestora concreta y real de la paz, con el poder de su sabiduría, de su alma. Ella que evidenció las distintas formas de omisión y complicidad del Estado sigue en la historia atormentada y silenciada de las comunidades indígenas», recalcan en comunicado la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz.
Era una importante líderesa social de la comunidad de Noanamá, territorio que hace parte del Consejo Comunitario General del San Juan (@Acadesan1) en el Chocó. Ella había sido víctima de atentados y montajes judiciales por su constante trabajo comunitario.
— Colombia Informa (@Col_Informa) June 8, 2022