Cumbre oficial y cumbre de los pueblos. Los días 17 y 18 de julio, en Bruselas, la capital de Bélgica y sede de instituciones internacionales, se han organizado ambas reuniones. La sede del Parlamento Europeo, acogió a jefes de estado y de gobierno, líderes europeos, latinoamericanos y caribeños por la cumbre regional entre la UE y la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (CELAC), que no se realizaba desde hacía ocho años.
En el Campus universitario principal de la Vub, más de 200 organizaciones políticas y sociales han organizado debates y encuentros en un sentido contrario a la lógica asimétrica que caracteriza las relaciones entre los gobiernos del viejo continente y los 33 estados latinoamericanos y caribeños (todos los estados americanos, excepto EE. UU. y Canadá) que integran la CELAC.
La cumbre UE-CELAC fue anunciada por las habituales declaraciones de fachada, tras las que se esconden intereses y apetitos que caracterizan este complicado momento internacional en el marco del conflicto en Ucrania y donde las alianzas lideradas por la OTAN pretenden imponer una nueva hegemonía, 200 años después de la Doctrina Monroe.
En el nuevo concepto estratégico de la OTAN, que fue reafirmado en la reciente cumbre de Lituania, Rusia y China son las «nuevas amenazas», junto a aquellos gobiernos que, como Cuba y Venezuela, siendo socialistas, son un obstáculo a derribar, a través de «sanciones», intimidación y desprestigio internacional.
«Somos aliados para reforzar el orden internacional basado en normas, para defender la democracia, los derechos humanos y la paz. Tenemos interés en reforzar nuestra asociación política», declaró la Presidenta de la Comisión de la UE, Ursula von der Leyen. Las regiones del mundo, que en principio comparten los mismos valores, deberían aliarse estratégicamente, explicó el Comisario de Asuntos Exteriores de la UE, Josep Borrell.
Las empresas de los países de la UE invierten más en la región que Rusia, China, India y Japón juntos. 19 asociaciones empresariales europeas de todos los sectores están presionando para que se ratifique rápidamente el acuerdo comercial con Mercosur: “respetando las exigencias en materia de cambio climático”, que son temas controvertidos en países como Brasil, que no quieren someterse a chantajes.
El acuerdo con los miembros del Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay) está sobre la mesa desde 2019. Sin embargo, no ha sido ratificado por los Estados de la UE, en parte debido a la preocupación por la deforestación del Amazonas. Ahora que España ostenta la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea, la UE esperaba retomar las negociaciones también en Bruselas, pero no se concretaron resultados.
Los países progresistas y socialistas de América Latina proponen otro camino, cuyos contenidos emergieron de los debates de la Cumbre de los Pueblos. “Frente a una visión neocolonial, extractivista y capitalista de la transición ecológica promovida por las instituciones y las trasnacionales europeas – escriben organizaciones populares como el MST de Brasil -, luchemos por una transición ecológica decolonial, antirracista, feminista y emancipadora que garantice el derecho de los pueblos, del Norte y del Sur global, a una vida digna en un medio ambiente equilibrado”.
El mismo propósito surgió sobre el tema en la declaración final, que confirmó el marco inicial del encuentro. En el centro del debate en la Cumbre de los Pueblos hubo un posicionamiento diferente sobre el conflicto en Ucrania.
Bajo el impulso de Cuba y Venezuela, la CELAC fue creada en 2011 como mecanismo de concertación e integración regional, “en respuesta a la necesidad de realizar esfuerzos entre los Estados de América Latina y el Caribe con el fin de avanzar en la unidad y en la integración política, económica, social y cultural; aumentar el bienestar social, la calidad de vida, el crecimiento económico de la región, y promover el desarrollo independiente y sostenible, sobre la base de la democracia, la equidad y la más amplia justicia social”.
En la cumbre de la Habana, en Cuba, en 2014, la CELAC fue declarada zona de paz, y reafirmó su compromiso con la solución pacífica de conflictos, el respeto al estado de derecho y el desarme nuclear. Principios que practican Cuba y Venezuela dentro y fuera del continente, y que caracterizan su diplomacia de paz.
También en la declaración final de la Cumbre UE-CELAC, la oposición de los países latinoamericanos y caribeños, que no aceptan la posición de la OTAN y de sus aliados, impidió posiciones de condena de Rusia.
El Congreso de los Pueblos ha levantado la voz contra la decisión de los Estados Unidos que renovó el estatus de Cuba como país patrocinador del terrorismo. “¿Qué papel pueden desempeñar los gobiernos europeos en este asunto, concretamente en la Cumbre UE-CELAC?”, han pedido los movimientos populares.
Un concepto ampliado por el presidente cubano, Miguel Díaz Canel, en un emotivo discurso dirigido a la Cumbre de los Pueblos. Canel agradeció el respaldo recibido frente a la agresión de algunos “odiadores” que organizaron una protesta frente al Parlamento Europeo y que en los días antes habían lanzado en las redes varias provocaciones.
“Ahora cuando estamos aquí, cuando veo tanta gente joven, tantas personas comprometidas con las causas más justas del mundo, tantas personas solidarias alimentando ese sentimiento de la solidaridad, que es el que tenemos que globalizar en el mundo, estoy pensando en Fidel”, dijo Díaz Canel, entre aplausos y exclamaciones de: “¡Yo soy Fidel! ¡Yo soy Fidel!”. “Aquí – continuó el presidente de Cuba – estamos por principio, por convicciones, porque este es un espacio verdaderamente plural, abierto y participativo. Este es un sitio de encuentro entre los representantes de la sociedad civil latinoamericana, caribeña y europea. Por tanto, esta es la mejor de las cumbres, porque aquí hablan los pueblos”.
También estuvieron en la Cumbre de los Pueblos los presidentes de Bolivia, Luis Arce, el de Colombia, Gustavo Petro, y la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodriguez, y también Jean-Luc Melenchon, representante de la Francia Insumisa. Arce ha recorrido las etapas del ataque de la derecha al gobierno de Evo Morales y ahora al suyo, y ha reconocido el papel de los movimientos populares.
Petro analizó el cambio de fase actual a la luz de la crisis sistémica y multifactorial del capitalismo, en la óptica de la crisis ambiental que, dijo, pone en términos dramáticos la contradicción insanable «entre la vida y el capital«.
Melenchon denunció las medidas coercitivas unilaterales y la subordinación a los Estados Unidos de la Unión Europea, y resaltó el papel de las revoluciones latinoamericanas: «también las necesitamos en Europa», dijo.
Delcy Rodriguez relató la resistencia indomable del pueblo venezolano a la agresión imperialista, reafirmando el papel de la diplomacia de paz.
Y sobre el diálogo entre el Gobierno bolivariano y la oposición, en este año preelectoral, se expresó también la declaración final de la cumbre UE-CELAC, tras una nueva reunión que se celebró en Bruselas en presencia de los presidentes progresistas latinoamericanos, entre Delcy Rodriguez y representantes de la oposición, que habían participado en el diálogo en México.
Una mala señal había llegado del Parlamento Europeo, que votó una vergonzosa resolución, llena de calumnias y falsas acusaciones, propuesta por partidos de derecha y extrema derecha, contra Cuba y contra Venezuela. La resolución desató una ola de indignación internacional, que también se reflejó en el encuentro UE-CELAC, y en los debates que, en la Cumbre de los Pueblos, se centraron en la necesidad de rechazar el bloqueo y las «sanciones».
“Las medidas coercitivas unilaterales ilegales – dijo el viceministro venezolano para las Políticas antibloqueo, William Castillo – son una nueva forma de arma de guerra dirigida contra los pueblos para empujarlos a volverse contra sus gobiernos«. Lo han admitido en varias declaraciones los mismos responsables de la administración estadounidense. Un intento – recordó Fernando González, uno de los Cinco héroes cubanos, hoy presidente del ICAP – que contra Cuba fecha de 1961, un año después que Fidel proclamó el carácter socialista de la revolución.
Y la denuncia de las guerras de nuevo tipo, mediante sanciones, campañas mediáticas demonizantes y lawfare, de las que se habló en una mesa en la que participaron representantes ecuatorianos, peruanos y brasileños, se reflejó en la declaración final de la Cumbre de los Pueblos, que también puso de relieve la solidaridad con los palestinos, los saharauis y el pueblo haitiano.
El documento ha hablado también de la crisis climática, de la crisis migratoria y de la deuda, instrumento de chantaje para los pueblos del sur. Además, se pidió la liberación del diplomático venezolano, Alex Saab, secuestrado por Estados Unidos. Del caso de Saab han hablado en dos foros, Fravia Marquez y Roigar López, del movimiento Free Alex Saab.
La declaración final propuso también el lanzamiento del Tribunal Internacional contra el bloqueo, una propuesta de la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en defensa de la Humanidad.