El pasado 2 de abril, se llevó a cabo desde la Plaza San Pedro, en el Vaticano, la tradicional misa del Domingo de Ramos, presidida por el Papa Francisco, cuya ceremonia se da luego de su alta médica, que lo mantuvo tres días hospitalizado.
Autoridades vaticanas indicaron que al menos 60.000 personas estuvieron presentes en la misa, la mayoría llevando ramos de olivos y palmeras, símbolo de esta ceremonia.
Durante su intervención, el Sumo Pontífice invitó a orar por los migrantes, presos y una pronta solución por los conflictos entre Rusia y Ucrania.
«Hay tantos cristos abandonados. Pueblos enteros explotados y abandonados a su suerte, pobres que viven en la esquina de nuestras calles y con quienes no nos atrevemos a intercambiar una mirada. Tenemos migrantes que ya no son rostros, sino números, presos rechazados, personas catalogadas como problemas”, dijo el líder religioso.
Al culminar la ceremonia en San Pedro, el máximo jerarca de la Iglesia católica dio un pequeño recorrido en el papamóvil por la plaza y la Vía de la Conciliazione. Para saludar de cerca a los fieles el vehículo se encuentra sin vidrios ni protecciones, según solicitud del pontífice desde su nombramiento.
“Cristos abandonados, invisibles, escondidos, descartados con guante blanco»
Tras la misa del Domingo de Ramos, el Papa Francisco iniciará una apretada agenda de Semana Santa. Se espera que para el Jueves Santo, se traslade a la cárcel de menores de Casal del Marmo, en Roma.
Matteo Bruni, portavoz del Vaticano, declaró que la misa desde el recinto penitenciario se celebrará de «forma privada». Para ese día Francisco acostumbra a realizar «el rito del lavado de pies a gente pobre, marginados, presos, gente sin hogar», reseñó Página 12.
Para el Viernes Santo, se espera realizar el acostumbrado Vía Crucis, en el Coliseo de Roma. Desde el lugar Francisco, recuerda a los cristianos fallecidos a mano de los romanos.