Unas 240 ballenas murieron atrapadas en una playa de las remotas islas Chatham, a 840 kilómetros de la Isla Sur de Nueva Zelanda, según fuentes oficiales.
Se trata del segundo varamiento de cetáceos en menos de una semana y que ha dejado casi medio millar de animales muertos.
El Ministerio de Conservación de Nueva Zelanda informó en un comunicado que sus equipos están trabajando en este varamiento. Asimismo, informaron que ocurrió la víspera en la bahía de Waihere, en la isla Pitt y también conocida como Rangiauria.
Agregó que a las ballenas sobrevivientes les aplicaron eutanasia para evitarles un «mayor sufrimiento».
Sostienen que sus regulaciones internas prohíben reflotarlas en las remotas islas Chatham. Esto, para evitar el riesgo de ataques de tiburones, tanto al personal como a los mamíferos heridos.
Un caso repetido
La muerte de estas 240 ballenas se da después del deceso de otros 215 ejemplares que se quedaron varados el pasado sábado a unos 40 kilómetros de la isla Rangiauria, que pertenece al grupo de las islas Chatham, en donde residen menos de 800 personas.
Así, los dos incidentes juntos dejan casi medio millar de esos animales muertos en menos de una semana.
Sin motivos claros
Muchos mamíferos marinos, entre ellos ballenas y delfines, suelen quedar varados con frecuencia en las costas del sur de Australia y de Nueva Zelanda, sin que los expertos hayan logrado esclarecer los motivos.
Intuyen que estos incidentes ocurren por enfermedades, errores de navegación, cambios repentinos en las mareas, la persecución de depredadores o a condiciones meteorológicas extremas.
