Hace un año, el mundo veía incrédulo cómo el llamado país de las libertades se veía sumido en el caos por el asalto al Capitolio de los Estados Unidos.
El pasado 6 de enero de 2021, miles de simpatizantes de Donald Trump se congregaron en torno al Capitolio en protesta por un supuesto fraude en los comicios en el que el entonces presidente Trump habría sido derrotado por Joe Biden.
De las calificadas como turbas simpatizantes de Donald Trump, un total de 800 personas lograron entrar por la fuerza al recinto, calificado como sagrado hasta ese momento.
Durante el caos, el epicentro político de Washington y la autoproclamada cuna de la democracia estadounidense, reflejaba una vulnerabilidad nunca antes vista; finalmente EEUU vivía un escenario que solo era propio en otras latitudes con golpes de Estado.
En su irrupción al Capitolio, los simpatizantes de Donald Trump asediaron a políticos, golpearon a policías y causaron graves destrozos, registrando un saldo de cinco personas muertas y decenas heridas.
Live updates: Nation marks anniversary of Jan. 6 storming of U.S. Capitol by pro-Trump mob https://t.co/flO6ws0uvw
— The Washington Post (@washingtonpost) January 6, 2022
Biden acusa a Trump
Durante este primer aniversario nada halagüeño para la democracia estadounidense, el presidente Joe Biden responsabilizó directamente a Trump por el asalto al Capitolio.
«Aquí está la verdad: el expresidente de los Estados Unidos ha creado y difundido una red de mentiras sobre las elecciones de 2020. Lo ha hecho porque valora el poder sobre los principios. Porque su ego magullado le importa más que nuestra democracia o nuestra Constitución», trinó Biden este 6 de enero 2022.
Here is the truth: The former president of the United States has created and spread a web of lies about the 2020 election.
He’s done so because he values power over principle. Because his bruised ego matters more to him than our democracy or Constitution.
— President Biden (@POTUS) January 6, 2022
¿Qué pasó en el Capitolio?
El pasado 6 de enero, miembros de la Cámara de Representantes y el Senado de Estados Unidos se disponía a certificar en el Capitolio el triunfo de Joe Biden en las elecciones presidenciales del 3 de noviembre de 2020.
Un resultado adverso que Donald Trump se niega a aceptar. Desde la Elipse de la Casa Blanca, arenga a sus seguidores a impedir que «le robaran lo que consideraba su victoria en las elecciones».
Lo que derivó en la incertidumbre, revuelta y violencia en el edificio legislativo estadounidense. En consecuencia, el FBI puso en marcha una investigación, que ha llevado a más de 700 detenciones, mientras que el congreso ha abierto sus propias pesquisas para determinar las responsabilidades políticas del hecho.