Este domingo 16 de octubre de 2022 se cumple un año del segundo secuestro político del diplomático y empresario venezolano, Alex Saab, (ahora ilegalmente recluido en territorio norteamericano). Este insólito hecho deja al descubierto la ignominia de un Estado terrorista como Estados Unidos, que tiene la desfachatez de promoverse ante la opinión pública internacional con un campeón de libertades.
Sin embargo, las cúpulas que comandan la Casa Blanca, y da lo mismo que sean demócratas o republicanas, se saltan a la torera las más elementales normas del Derecho Internacional. Lo que ha sucedido con el caso Saab, constituye, sin duda, material de escándalo. Este atropello debe divulgarse, una y otra vez, hasta despertar la conciencia de la opinión pública internacional. El clamor del pueblo y el gobierno venezolanos, deben convertirse en una causa mundial, hasta lograr que se haga justicia.
Ilegalidad absoluta
Entre las Leyes, Tratados y Convenios Internacionales que se violaron en el caso de lawfare o secuestro político de Alex Saab se pueden mencionar los siguientes: Declaración Universal de Derechos Humanos; Carta Africana de los Derechos Humanos y de los Pueblos, Constitución de la República de Cabo Verde, Convención de Viena y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Igualmente, se contravino la Ley de Cooperación Internacional Judicial, el Reglamento General de Interpol y el Principio Pacta sunt servanda ante la Organización de las Naciones Unidas.
La abogada y escritora Indhriana Parada precisa que se cometió una violación al debido proceso, al derecho a la legítima defensa y a no ser juzgado dos veces por el mismo hecho. “Tenemos un agente diplomático, con inmunidad diplomática que, por adquirir alimentos, medicamentos, combustible y trabajar para un pueblo bloqueado, se encuentra hoy en una prisión de máxima seguridad, siendo amenazada su vida. (…) Y En definitiva se han violado los principios de soberanía y autodeterminación de los pueblos, lo que constituye una grave amenaza a la paz mundial”, destaca la especialista.
Todo torcido
El proceso de secuestro iniciado en Cabo Verde, el 12 de junio de 2020, comenzó plagado de irregularidades, entre las que destaca lo siguiente: Se desconoció la inmunidad diplomática de un funcionario acreditado como tal. Es harto conocido que en 2018 Alex Saab fue designado como Enviado Especial y jefe de Misión Diplomática ante la República Islámica de Irán. Por ello estaba protegido por la Convención de Viena (1961).
Además, Alex Saab es una persona internacionalmente protegida, como lo establece la Convención sobre la Prevención y el Castigo de Delitos contra Personas Internacionalmente Protegidas, Inclusive los Agentes Diplomáticos (1973). Al momento de su secuestro en Cabo Verde, no existía ninguna orden de captura por la Interpol, ésta se expidió con errores un día después de su ilegal detención.
CEDEAO se pronunció
Como serían de evidentes las irregularidades, que el propio Tribunal de Justicia de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO), calificó la retención de Saab como ilegal y ordenó su inmediata liberación. La corte “declaró que la captura y detención del embajador Saab fue ilegal, arbitraria y reconoce la violación de sus derechos humanos. La decisión involucra la suspensión de la extradición”.
No obstante, las presiones de EE.UU hicieron que el pasado 16 de octubre de 2021 se consumara otra vez la ignominia. Ese día se concretó “el segundo secuestro al diplomático venezolano, Alex Saab, llevado a cabo por los Estados Unidos, en complicidad con el gobierno de Cabo Verde, violando su inmunidad diplomática. Y violando toda la normativa internacional, pero también se violó la soberanía del Estado venezolano. Luego sería presentado el lunes de 18 de octubre de 2021 ante el Tribunal Federal de Miami en Florida. Allí le fueron imputados 8 cargos que constan en la página web del Departamento de Justicia”.
Cargos forjados
Ninguno de los 8 cargos imputados cumplía con los requisitos mínimos establecidos de una acusación penal para que sea válida. Explica la abogada Parada que todo se fundamentó en un Decreto Ejecutivo para imponer medidas unilaterales y coercitivas; ya declarado ilegal por las Naciones Unidas. Pero además, se hace referencia a la ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero. “Esta es una ley estadounidense, que busca como objetivo principal perseguir a ciudadanos estadounidenses y empresas estadounidenses. Reseñadas por ellos con la intencionalidad de cometer pagos a funcionarios extranjeros, para obtener un contrato”, completa la abogada.
Esto quiere decir, añade Parada, que estamos en presencia de una ley que pretende determinar, calificar y perseguir actividades internas de Estados soberanos. Por ello, “la pretendida aplicación extraterritorial de esta ley, constituye una grave violación a los principios de soberanía y autodeterminación de los pueblos. También es lesiva a los principios de jurisdicción, competencia y territorialidad”.
No hay delito
Tanto es así que, 7 de los 8 cargos iniciales con que fue imputado Saab tuvieron que ser desestimados por la propia justicia norteamericana. Y sólo se pudo mantener el de las supuestas prácticas corruptas. “Estamos hablando de hechos que no constituyen delito, que están fundamentados en supuestas ilegalidades. En una ley extranjera que pretenden aplicar de manera extraterritorial; y que da pie a una relación de hechos genéricos. Por lo tanto, estamos en presencia de un secuestro político. Todo ejecutado a través de un lawfare con la guerra jurídica, usada en las estrategias de golpe blando”, concluye Parada.
Es obvio que el verdadero objetivo de todo esto es realmente juzgar al Estado venezolano a través de la persona de Alex Saab, con el único objetivo de derrocar la institucionalidad de Venezuela. También se buscaba amedrentar a gobiernos y empresarios del mundo para que se inhibieran de realizar transacciones con el país, hasta acrecentar los daños de una terrible operación de genocidio.
Secuestro y tortura
Alfred de Zayas, abogado, escritor, historiador y experto para Naciones Unidas lo resumió de este modo en una entrevista concedida al medio Sputnik:
“No se trata de una extradición conforme al Derecho porque lo sucedido no corresponde al Derecho Internacional. Y violó descaradamente el debido proceso en caso de extradiciones. Fue más bien un secuestro, acompañado por detención arbitraria, torturas físicas y psicológicas; violando los derechos a la integridad física del embajador Alex Saab. La Convención de Viena sobre el Derecho Diplomático, y los Pactos de Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos”.
Pero además de múltiples irregularidades en su detención, se ha llevado a cabo un plan sistemático de tortura física y psicológica. Esto incluye golpes para provocar desmayo y asfixia, hasta amenazas de muerte y largos períodos de incomunicación en la total oscuridad, entre otros. No obstante, a pesar de los suplicios recibidos, Alex Saab, se ha mantenido moralmente incólume.
Asesinos mediáticos
Por otro lado, con el secuestro político de Alex Saab, también se generó una matriz de opinión falsa. Se quiso hacer creer que el diplomático revelaría información comprometedora contra el gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro. Sin embargo, ha transcurrido un año del ilegal secuestro y nada ha trascendido en este sentido. Y es que así como no existió ningún delito, tampoco existe la tal información sensible, esa es la única verdad.
Contra Alex Saab se ha cometido una cadena de atropellos que más temprano que tarde tendrán que ser subsanados con su total e inmediata liberación. Entretanto, el empresario y diplomático sigue dando una cátedra abierta de honor, dignidad, integridad y vocación de servicio a su pueblo. Jamás se podrá decir lo mismo de la horrenda inmundicia que rodea a sus captores.