Sharon Phillips, exempleada de Starbucks en Filadelfia, recibió una segunda indemnización de la franquicia estadounidense cuatro años después de ser despedida “por ser blanca”.
Esta vez, el pago se justifica en salarios atrasados e indemnización por discriminación al empleado. Aunque el representante legal de Starbucks afirma que no se demostró el daño financiero y discriminatorio que presume la exempleada.
El caso inició en 2019 cuando Phillips presentó una demanda contra la empresa al despedirla por presuntos motivos raciales. La mujer afirmó que ese fue el factor principal de su despido.
Luego de un juicio de 6 días Starbucks tuvo que pagar a su exempleada 25,6 millones de dólares en daños y compensaciones.
La franquicia no tenía presión judicial, sino social
En 2018 se produjo una serie de protestas en la región de Filipinas acusando a Starbucks de racismo. Esto luego de que sus empleados participaran en el arresto de dos hombres afroamericanos por presunto “allanamiento”.
Los dos sujetos se reunieron por negocios en uno de los Starbucks de Filipinas. Según sus testimonios, estaban esperando a otro compañero sin consumir ningún producto cuando intentaron echarlos del lugar.
Los dos hombres se negaron a salir, por lo que una gerente llamó a la policía y esta arrestó a los afroamericanos.
El suceso quedó grabado en cámara y el video se hizo viral. Inmediatamente se formó una ola de presión pública en contra de Starbucks.
Control de daños mal ejecutado
La franquicia quiso demostrar control sobre la situación y le dio a Sharon la orden de despedir a uno de sus gerentes de piel blanca, mientras que otro gerente de color conservaría su puesto. Ante la negativa de Sharon, la empresa la despidió.
Sharon expresó el suceso como un acto de racismo. Sin embargo, los superiores de Phillips defienden que su despido fue debido a la “falta de liderazgo” de la exempleada y no por motivos racistas ni discriminatorios, como ella alega.
Es por esto que Sharon presentó la demanda contra Starbucks, que cerró con el juez fallando a favor de la exempleada indicando que la empresa debía indemnizarle 25 millones de dólares por daños punitivos y 600 mil más por compensación.
El caso se abrió nuevamente hace un mes y concluyó con el juez ordenando que la franquicia pagara una vez más 2,7 millones de dólares a Phillips por salarios atrasados más un impuesto por discriminación al trabajador.