Diversos son los expertos en materia política que coinciden en que el actual presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, no reconocerá los resultados de las venideras elecciones del 02 de octubre, razón por la cual ya ha asomado la posibilidad de que se presente un «fraude»; No obstante, el avanzado sistema electoral de la nación carioca desmonta esas acusaciones.
Actualmente el gigante suramericano es uno de los 23 países en el mundo que utiliza urnas electrónicas para unos comicios. En este sentido, la nación inició con el uso de medios automatizados desde 1989, cuando se implementó un proyecto en apenas seis estados.
Ya para el año 2000 el sistema electoral en Brasil era totalmente digital y por tanto marcó un hito histórico en la región respecto a los procesos comiciales. Marcó un referente al considerarse como uno de los más rápidos y seguros.
A esto se suma que en los 25 años donde se han utilizado las máquinas de votación electrónicas no se ha registrado ningún tipo de fraude. Contrariamente, las vulneraciones y problemas se contabilizaron durante el uso del sistema manual. Sí, el mismo que hoy defiende Bolsonaro.
El mandatario insiste en el voto impreso, sin embargo parece no tomar en cuenta la proliferación de resultados nulos, la lentitud y las inconsistencias al momento de auditar.
Ahora bien, ¿Por qué el sistema electoral de Brasil es aplaudido mundialmente?
En primer lugar, las máquinas poseen un teclado numérico. El usuario solo debe marcar un código de dos dígitos correspondiente a la opción de su preferencia. Posteriormente la foto del candidato escogido aparece en la pantalla junto a un botón de color verde que el elector deberá presionar para confirmar.
En segundo lugar, en las elecciones tampoco se registrarán demoras por fallas de conexión, esto debido a que las urnas no están conectadas a internet. Únicamente se encargan de contar los votos.
Luego de que culminen las votaciones, los encargados de las mesas deben retirar las tarjetas electrónicas de cada máquina. Las mismas tienen que entregarlas a la oficina local de la autoridad electoral que a su vez envía los datos al sistema central radicado en Brasilia. Todo ello a través de una red independiente.
En tercer lugar, destaca la rapidez del proceso de transmisión de datos. Este paso por lo general no lleva más de dos horas. Respecto a las zonas rurales o de difícil acceso, la información se envía desde una conexión satelital. Este mecanismo facilita que las autoridades electorales, el Ejército y los partidos políticos puedan supervisar el conteo de votos.
Asimismo, vale recordar que previo a las elecciones se realizan simulacros dirigidos por especialistas que se encargan de revisar cada fase del proceso.
